La mejor manera de dar la bienvenida al Nuevo Año es en un viaje. Desde hace varios años aprovecho esos días festivos para visitar algún lugar. Este año he cambiado el tradicional destino europeo, para sumergirme en una aventura por Marruecos. Durante 5 días he aprovechado para visitar la ciudad de Marrakech y realizar un road trip en 4×4 por el sur de Marruecos. ¡Toda una vivencia en el desierto de Marrakech!

En este artículo tenéis los lugares que no se pueden pasar por alto en este road trip y que asombran a todo aquel que los recorre: las montañas del Alto Atlas, la ruta de las Mil Kasbash, la ciudad cinematográfica de Ait Ben Haddou y pasar la noche de fin de año bajo las estrellas del desierto de Merzouga.

1/ CRUZAR EL ALTO ATLAS
Para ir al desierto de Merzouga (también conocido como el desierto de Marrakech) hay que cruzar el Alto Atlas. Es considerada la cordillera con una de las mayores altitudes del norte de África. Cuenta con el monte Toubka, el segundo pico más alto de todo el continente africano, por detrás del Kilimanjaro. Saliendo de Marrakech dirección sur soy testigo de como el paisaje va cambiando poco a poco. Dejo atrás el campo mediterráneo -donde olivos y naranjos son protagonistas- para dar la bienvenida a sierras escarpadas con poca vegetación, sólo dejándose ver algunas palmeras y acacias.
Es toda una experiencia recorrer en 4×4 sus estrechas y serpenteantes carreteras para adentrarse en la Ruta de las Mil Kasbah. Conjuntos arquitectónicos construidos de adobe y barro.
Durante el trayecto por el Alto Atlas aconsejo hacer varias paradas para apreciar el paisaje. Hay varios bares y tiendas por el camino en las que se puede aprovechar para tomar algo o comprar el afamado aceite de Argán y sus productos derivados.

2/ RUTA DE LAS MIL KASBAH
KASBAH TELOUET
Tras dejar atrás el Alto Atlas y dirección a Ouarzazate nos viene de camino la Kasbah Telouet. Esta ubicada en la aldea bereber del mismo nombre. Esta fortificación se muestra en su exterior de manera ruinosa y con poco encanto. Pero no hay que sacar conclusiones anticipadas. Nos adentramos en su interior, subiendo estrechas escaleras y atravesando largas estancias con poca ornamentación, hasta llegar a su zona «noble». Rompiendo con todo lo anterior, nos sumergimos en salas con paredes y techos ricamente decorados al más puro estilo nazarí, con coloridos azulejos y exquisitos grabados.
Esta kasbah fue la sede del poder de la familia El Glaoui -por lo que también se le conoce como el Palacio de Glaoui- y fue construida entre los siglos XVIII y XIX. Desde el año 2010 ha empezado una labor de restauración constante.

3/ AIT BEN HADDOU
Junto a orillas del río Ounila se descubre la ciudad fortificada de Ait Ben Haddou. Construida sobre una colina hay que perderse en sus estrechas calles repletas de comercios. Por unos instantes parece que hallamos retrocedido en el tiempo.

Ait Ben Haddou es todo un atractivo para sus visitantes y es uno de los lugares imprescindibles visitar en este road trip del desierto de Marrakech. Este conjunto de edificios de adobe es un claro ejemplo de la arquitectura de los pueblos bereberes amurallados. Esta kasbah es una de las mejor conservadas de todo Marruecos. Fue declarado Patrimonio de Humanidad de la Unesco en el año 1987.

Sus murallas y sus torres almenadas, junto con el magnífico paisaje, hacen un lugar idóneo para realizar fotografías. Muestra de ello, es que Ait Ben Haddou es escenario de numerosas películas. Entre las que se encuentran Lawrence de Arabia, La Joya del Nilo, Gladiator, Sahara, Babel o El Reino de los Cielos.
4/ VALLE DEL DRAA
Continuando dirección al desierto de Marrakech me adentro en el valle del Draa. Conocido como la antesala al desierto de Merzouga es un frondoso valle repleto de oasis con palmeras y poblaciones construidas con adobe. Por muchos es considerado la carretera más bella de Marruecos. Al recorrer este valle, se tiene la sensación de que estemos dentro de un belén viviente.

A medida que avanzamos en el valle, vamos haciendo altos en el camino para realizar fotos de postal: pintorescos pueblos junto a verdes oasis repletos de palmeras, y bajo la atenta presencia de sierras rocosas con apenas vegetación.

5/ MERZOUGA, EL DESIERTO DE MARRAKECH
Adentrarse entre enormes dunas de arena a lomos de un dromedario es toda una vivencia. Pero si además el destino es un campamento en el corazón del desierto para pasar la noche de Fin de Año, esa efeméride se transforma en pura magia.

Al llegar al campamento nos acercamos a visitar una familia de nómadas bereberes para conocer sus costumbres, pasar un tiempo con ellos y jugar con los más pequeños de la familia.

Cuando cae la noche, y después de cenar Tajín árabe (como un auténtico beduino), la gente se reúne alrededor de una hoguera. Entre bailes y canciones -amenizadas por lugareños de la zona- pasan las horas. Aprovechando que era Fin de Año, estuvimos divirtiéndonos hasta llegada a la medianoche. Después de felicitarnos el Nuevo Año, nos dirigimos a lo alto de una duna para contemplar el cielo estrellado. Tuvimos la suerte de ver el efecto lunar “la casa de la luna”. Es de esas cosas que sólo pasan una vez en varios años, y nosotros la pudimos contemplar. Toda una vivencia para dar la bienvenida al nuevo año.

Esta aventura ha sido un sueño hecho realidad, y he tenido la suerte de realizarla con mis traveller friends. En esta ocasión, se nos sumo un amigo más. Se trata de Lahcen Hatouchi, el guía que nos acompañó durante toda nuestra estancia en Marruecos. Como uno más del grupo se preocupó por nosotros e hizo que el viaje saliese redondo. No falto detalle en esta experiencia en el desierto de Marrackech. Seguro que si regreso a Marruecos volveré a contactar con Lahcen y su empresa Explore Morocco Travel.

Para más información podéis visitar la web oficial de turismo de Marruecos.
