Japón es de esos países que ocultan multitud de tesoros por descubrir. Templos, jardines, enormes castillos, o sitios que esconden una tragedia en el pasado, y que ahora invitan a reflexionar y poner paz. Estos lugares los hallamos en Miyajima, Hiroshima e Himeji. Para conocerlos se pueden hacer excursiones desde Osaka de un día. En este post tenéis todos los detalles de esta excursión de un día repleta de emociones. Y es que si estos tres lugares brillan con luz propia y al combinarlos todos en un sólo día es toda una vivencia.
Para ver estos sitios en un día hay que madrugar un poco. Salimos desde la estación de shin-Osaka dirección Hiroshima sobre las 7:00 h. de la mañana, y el trayecto suele durar sobre una hora y media.

1/ Miyajima
En la isla de Miyajima está el torii más conocido y fotografiado de todo Japón. La isla se encuentra dentro de la bahía de Hiroshima, en el mar interior de Seto. Para llegar hasta ella hay que coger desde la estación de Hiroshima el tren de la línea San-yo (incluido en el JR Pass) hasta la parada Miyajima-guchi, para coger el ferri (también incluido en el JR Pass). Este trayecto tarda alrededor de una hora, debido a que tiene muchas paradas. Una vez en el pequeño embarcadero, los ferris salen con bastante regularidad y tardan unos 10 minutos hasta la isla. Ya en el ferri se puede contemplar el enorme torii.

El torii está dentro del santuario Itsukushima-jinja. El cual está construido como si fuese un muelle debido a la condición sagrada de la isla de Miyajima. Ya que, antaño no se podían poner los pies en la isla, sólo accediendo en barca cruzando el torii. Cuando la marea esta alta parece flotar sobre el mar, mientras que cuando la marea está baja la gente se puede acercar a él. Nosotros tuvimos marea alta y nos gustó muchísimo poder contemplarlo así.

Para entrar al santuario hay que pagar una entrada, pero desde el mismo paseo se ve perfectamente el torii. Cabe reseñar que, la isla está considerada Patrimonio Mundial de la Unesco. Entre el embarcadero y el santuario hay una zona repleta de tiendas con artesanía tradicional japonesa y numerosos restaurantes y puestos de comida callejera. Ideales para tomar un primer aperitivo del día.

2/ Hiroshima
Otra de las excursiones desde Osaka es la ciudad de Hiroshima, que además se complementa perfectamente con la visita a Miyajima. Una urbe ligada a su pasado. El 6 de agosto de 1945 Hiroshima sería marcada en la historia como blanco del ataque de la primera bomba atómica. En la actualidad Hiroshima es una urbe cosmopolita, moderna y próspera, pero tiene varios espacios que recuerdan lo acontecido en el pasado. Como son el parque Conmemorativo de la Paz, el museo Conmemorativo de la Paz en Hiroshima y la Cúpula de la Bomba Atómica.
Para llegar al parque Conmemorativo, como veníamos de vuelta de Miyajima paramos en la estación de Yokogawa. Y desde ahí cogimos el tranvía de la línea 8 dirección Eba para parar en Dobashi. Desde aquí accedimos andando al parque. El cual está enclavado entre dos ríos que atraviesan la ciudad.
El parque Conmemorativo de la Paz es un espacio amplio y rodeado de vegetación. En su centro está el estanque de la Paz y presidiéndolo está el Cenotafio. Un arco de hormigón que contiene los nombres de todas las víctimas de la bomba. En el centro del estanque está la Llama de la Paz que estará ardiendo hasta que no queden armas nucleares en el mundo. Ojala algún día se apague.

En una de la losa del memorial se puede leer el siguiente epígrafe que mejor podría resumir este lugar:
Hiroshima, la ciudad de la paz
Que todas las almas permanezcan aquí en paz para que este mal no vuelva a suceder.
Este monumento quiere expresar la esperanza de que Hiroshima -devastada el 6 de agosto de 1945 por el primer bombardeo atómico del mundo- permanezca para siempre como una ciudad de paz. La cámara de piedra en el centro contiene el Registro de Víctimas Defundentes de la Bomba Atómica.
La inscripción en el panel frontal ofrece una oración por el reposo pacífico de las víctimas y una promesa en nombre de toda la humanidad de nunca repetir el mal de la guerra. También encarna el espíritu de Hiroshima, aguantando el dolor, superando el odio, buscando la armonía y la prosperidad para todo y anhelando una paz larga y genuina para el mundo.

Dentro del parque hay numerosos monumentos que recuerdan aquel ataque y que se convierten en un clamor a la paz en el mundo. Uno de ellos es el monumento a la Paz de los Niños que representa la historia de Sadako. Un niño que sufrió el cataclismo cuando tenía 2 años. Pero con 11 años enfermó de leucemia y decidió hacer 1000 grullas de papel con la idea de que si las hacía se curaría -en Japón la grulla es símbolo de felicidad y longevidad-. Pero falleció antes de conseguirlo, y sus compañeros de clase las terminaron.
Esta historia se hizo viral, y desde entonces cuelgan miles de guirnaldas con grullas de papel enviadas por los escolares de todo el país. Por ello, vemos en lo alto de la escultura un niño sujetando una enorme grulla de papel.

Desde la parte norte del parque podemos contemplar lo que se conoce como la Cúpula de la Bomba Atómica. Es el edificio más sombrío de aquel fatídico ataque. Fue construido en 1915 para albergar el Pabellón de Promoción Industrial de la ciudad, hasta que la bomba le estalló casi encima. Todas las personas que habían en su interior murieron al instante, aunque el edifico es uno de los pocos en el epicentro que quedaron en pie. Tras el horror se decidió conservarlo como recuerdo.
En la parte sur parque está el Museo Memorial de la Paz. Repleto de imágenes de lo sucedido así como una colección de objetos rescatados de la explosión.
Sinceramente, estos memoriales y recuerdos no son lugares divertidos para visitar. Son espacios que nos invitan a pensar y reflexionar sobre lo que el ser humano es capaz de hacer. Son testimonio de atrocidades que han ocurrido, y que en algunas zonas del mundo todavía están pasando, por ello nos debe de hacer razonar y meditar.
3/ Himeji
De vuelta a Osaka paramos en Himeji en la prefectura de Hyogo. Por la tarde continuábamos descubriendo estos Tesoros de Japón. Ahora era el turno de visitar el castillo de Himeji. En los últimos cinco años ha estado cerrado al público por restauración, y en la actualidad se puede contemplar en todo su esplendor. Desde la misma estación de tren se ve el castillo, y se llega a él por una amplia avenida.
Castillo de Himeji
Es conocido como Shirasagi-jo (castillo de la garza blanca”) debido a su exterior de elegante color blanco y su bella silueta que se alza sobre el llano. Se le considera el castillo más magnífico de todo Japón y uno de los pocos castillos originales que se conservan en el país.

El edificio principal es un tenshu (torreón) de cinco plantas. Para acceder a él hay que atravesar numerosos jardines, patios, fortificaciones, fosos,… todo un sinfín de hermosos rincones que hacen más agradable su visita. El castillo se puede visitar hasta su planta más alta para tener unas excelentes vistas de los alrededores del recinto y de la ciudad de Himeji.

A alguien le puede sonar este castillo de verlo en la gran pantalla, y es que fue inmortalizado en la película Sólo se vive dos veces de la saga de James Bond. Junto con los castillos de Matsumoto y Kumamoto es uno de los “Tres Famosos Castillos” de Japón. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993, además de ser Tesoro Nacional. Hace pocos meses que lo han reabierto después de una cuidada y esmerada restauración que ha durado unos 5 años.

Jardín de Koko-en
Este jardín con estanques koi repletos de peces, cascadas y árboles mimadamente podados es todo un descubrimiento para el visitante. En realidad, se trata de la reconstrucción de 9 estancias de los samuráis durante el periodo Edo.

Con la entrada del castillo se puede pagar un suplemento que incluye la visita al jardín Koko-en. Están a unos 300 metros del acceso al castillo y son muy bonitos de contemplar.
