Realizar excursiones desde Tokio de un día a numerosas ciudades y zonas, es una de opción única que nos brinda la capital nipona a los viajeros. Esto se debe a la buena comunicación ferroviaria que hay en todo Japón. Nosotros nos decantamos por Nikko y Hakone.
2 magníficas excursiones desde Tokio
NIKKO
Nikko se encuentra en las montañas de la prefectura de Tochigi, en la región de Kanto. Cada año atrae miles de turistas para visitar sus santuarios y recintos sagrados; así como para descubrir su naturaleza y bellos paisajes. Su conjunto de templos es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1999.
La mejor opción para llegar a Nikko desde Tokio es coger un tren shinkansen hasta Utsunomiya, y desde aquí tomar el JR Nikko Line que lleva hasta la estación de Nikko. Ambos trenes están incluidos en el JR Pass. Una vez en la estación de Nikko hay que dirigirse hacia el oeste por su avenida principal hasta llegar al puente Shinkyo.
PUENTE SHINKYO
El puente Shinkyo sobre el río Daiya es un previo de las bellezas arquitectónicas que nos esperaban. El nombre del puente significa literalmente “puente de los dioses”. Es considerado uno de los puentes más bellos de Japón, y pertenece al santuario Futarasan. Tienen la pega que se debe de pagar para cruzarlo; menos mal que al lado hay otro puente (y desde el cual se hacen unas fotos bellísimas).
A partir de aquí se deja atrás la población de Nikko para adentrarse en la zona de templos y santuarios a los pies del monte Nantai. Esta zona alberga el complejo de templos de Nikko declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

TEMPLO RINNO-JI
Desde el río Daiya hay un pequeño sendero repleto de escaleras que nos llevó al templo Rinno-ji. Es considerado el templo budista más importante de Nikko y está conformado por un complejo de quince templos de la escuela Tendaishu. El edificio principal es el Sanbutsudo.
Al lado del templo Rinno-ji está el camino peatonal Omotesanto. Envueltos de naturaleza, por esta vereda nos acercamos hasta el enigmático santuario Tosho-gu.

TEMPLO TOSHO-GU
El santuario sintoísta Tosho-gu fue construido en los primeros años del período Edo (1634-1636) como mausoleo de Tokugawa Ieyasu. Durante su edificación trabajaron más de quince mil artesanos y carpinteros de todo Japón. En el periodo Meiji (finales del siglo XIX y principios del XX) fue designado santuario sintoísta, pero aún conserva elementos budistas como la pagoda o la puerta Niomon.

La primera puerta de acceso es la de Niomon que da a acceso al segundo patio donde se encuentra el establo sagrado. En el friso decorativo de este edificio de madera tiene esculpidos los tres monos de la sabiduría. Estos monos significan “no ver el mal, no escuchar el mal y no decir el mal”. También son entendidos por los occidentales con la expresión “oír, ver y callar”. Este elemento escultórico es muy conocido y aparece hasta en los emoticonos del Whatsapp.

La fascinante puerta de Yomeimon se podría considerar la edificación con la decoración más elegante de todo el conjunto. Y me atrevería a decir que de todas las que hemos visto hasta el momento en nuestro viaje a Japón. De colores llamativos y cargadas esculturas merece que le dediquemos un momento a admirarla y, como no, a fotografiarla.

Detrás de esta puerta está la puerta de Karamon, pero no se puede cruzar. Por lo que, giramos a la derecha dirección al centro neurálgico del templo, el salón Holden. Junto a él encontramos la sala de plegarias Haiden y el salón Shinyosha, donde se colocan los santuarios portátiles o mikoshi.

A la derecha del salón principal pasamos por la puerta Sakashitamon para emprender unas empinadas escaleras hasta el mausoleo de Tokugawa Ieyasu. Si lo que habíamos visto hasta el momento de Tosho-gu tenía una recargada decoración, esta parte del templo era austera, pero elegante.

PASEO DE LOS FAROLES DE PIEDRA Y EL SANTUARIO FUTARASAN
Una vez hemos visitado el santuario Tosho-gu, nos adentramos en el Paseo de los faroles de piedra hasta llegar al Santuario Futarasan. El enorme torii de piedra de la entrada a todo el conjunto de este templo. Futarasan es uno de los templos más importantes de Nikko debido a su repercusión religiosa. Se podría decir que es el lugar donde las religiones de Japón se encuentran. Futarasan significa literalmente “dos montañas rugosas”, y es que está dedicado a la deidad de las montañas adyacentes. Las cuales son consideradas espíritus guardianes y aprovisionadores de vida por los ríos que discurren por sus inmediaciones.

HAKONE
La segunda de las excursiones desde Tokio es a Hakone, que se encuentra a tan sólo hora y media en tren desde la estación de Tokio. Hakone se alza en la región montañosa del Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu. Es una buena elección para ver de cerca el monte Fuji, y disfrutar de paseos por sus senderos rodeados de naturaleza; así como ir a relajarse a uno de los numerosos onzen que hay repartidos por toda la montaña.
Para llegar a Hakone desde Tokio fuimos en un tren shinkansen (incluido en el JR PASS) hasta Odawara. En Odawara hay que ir a la Oficina de Turismo, en la misma estación. Allí compramos un “pass” que incluye el tren Hakone Tozan Railway (de ida y vuelta) hasta Hakone-Yumoto, y el pase del bus urbano para movernos por la región de Hakone (de las líneas K y R).

MOTO-HAKONE
Una vez llegamos a Hakone-Yumoto -que es la puerta de entrada a esta región montañosa- tomamos el bus local de la línea R hasta el lago Ashi, concretamente a Moto-Hakone.
El lago Ashi está a más de 700 metros sobre el nivel del mar, con una circunferencia de 21 km. Pero lo que hace realmente especial a este lago son las vistas que hay al monte Fuji. Incluso los días muy claros, la silueta del volcán se ve reflejada en sus aguas. Hay barcos que ofrecen cruceros por el lago. Uno de los favoritos de los nipones es surcar el lago en un enorme barco pirata. Lo hace la compañía Hakone Kankosen Boat.

En nuestras excursiones desde Tokio (Hakone) podemos admirar el monte Fuji; considerada la montaña sagrada de Japón. Desde tiempos antiguos, este volcán es el símbolo del país, con su elegante silueta y su atractiva belleza. Sus 3776 metros de altitud hacen que sea el pico más alto de todo Japón. Es toda una experiencia poder contemplarlo en toda su magnitud y elegancia.
En Moto-Hakone está el Santuario sintoísta Hakone-jinja. Este santuario r recibe culto a la montaña como lugar sagrado e importante de la región de Kanto. Es un oasis de paz rodeado de cedros y pinos. Su torii está en una de las orillas del lago Ashi, el cual crea una hermosa simbiosis junto al imponente Fuji.

Aprovechando la amplia oferta de onzen que nos propone Hakone, decidimos ir a uno para pasar una tarde de relajación. Nos decantamos por Tenzan biyori. Se encuentra a mitad camino entre el lago Ashi y Hakone-Yumoto. Está en la parada Oku-Yumoto Iriguchi de la línea de bus Hakone Tozan K. Hay que saber que en la gran mayoría de onzen está prohibido entrar con tatuajes, pero en éste sí que está permitido.