Después de semanas de espera y preparativos llegaba el momento de realizar el primer viaje con nuestra peque. Nos hemos decantado por un crucero por las islas griegas. Al mismo tiempo que cumplía nuestras expectativas es un tipo de viaje idóneo para ir con una niña de 6 meses. Sin más preámbulo, empiezo a contaros nuestro itinerario por las islas griegas.

1º día: Roma, puerto de salida de nuestro crucero por las islas griegas
Llegamos a Roma dos días antes del embarque. Pese a que Àngela y yo habíamos estado ya en la ciudad, nos apetecía recorrerla con la peque. Eso sí, a otro ritmo. Aprovechamos para hacer una ruta por sus lugares y monumentos más emblemáticos -y que son imprescindibles ver en cualquier viaje a Roma-.

Después de disfrutar de la Ciudad Eterna llegaba el momento de embarcarnos en el crucero rumbo a las islas griegas. Los cruceros que salen desde Roma zarpan del puerto de Civitavecchia; a unos 60 km. (unos 50 minutos) de la ciudad. Para desplazarnos contratamos un transfer a través de Civitatis. Habíamos comparado varios precios, y los más competitivos y los que más seriedad nos transmitían eran a través de esta plataforma. Y la verdad que fue un acierto: puntualidad, amabilidad y precios similares.
Llegábamos al puerto sobre las 11:00 h. de la mañana. Tras realizar el checking y pasar los controles de seguridad subimos al Celebrity Reflection. Un barco de la clase Solstice de la naviera americana. Aprovechamos el primer día para conocer todas las estancias del barco y reservar en aquellos restaurantes que nos apetecía probar.
2º día: Rumbo a las islas griegas
Era el primer de los tres días de navegación de nuestro crucero por las islas griegas. Lo más atractivo durante la travesía fue cruzar el paso del Estrecho de Mesina, entre la isla de Sicilia y el tacón de la boca de Italia. La parte más estrecha es de sólo de 3 km. Y se puede ver perfectamente la ciudad de Mesina (del lado de Sicilia) y Villa San Giovanni (del lado de Calabria)
Estuvimos toda la mañana disfrutando de la zona de las piscinas y de las actividades de animación que hacían entorno a ella. Por la tarde estuvimos en el Sky Observation Lounge en una fiesta organizada sólo para los españoles del barco donde no falto la música de los Estopa y la sangría.
Cenamos en el restaurante Murano. Está especializado en cocina francesa y, pese a que este restaurante tiene un coste extra, valió mucho la pena. Nos prepararon una langosta flambeada buenísima.

3º día: Katakolon (Olimpia)
El barco amarraba temprano en el puerto de Katakolon. El principal encanto de esta zona de la península del Peloponeso es el yacimiento arqueológico de Olimpia. Lugar donde se celebraban los juegos olímpicos en la Antigua Grecia e inspiración a los actuales. Pero al viajar con la peque, las altas temperaturas y la distancia que hay desde el puerto (una hora y pico en coche) decidimos no ir y quedarnos cerca del puerto.
Para aprovechar el tiempo fuimos a la población de Pirgos. Se encuentra a media hora en bus desde Katakolon. Durante el trayecto nos pudimos embriagar de ese paisaje mediterráneo -que nos recuerda a la Terreta- repleto de pinos y baladre, con los campos plantados de maíz, olivos e higueras. Pese a que Pirgos no tiene especial atractivo turístico nos dimos una vuelta por su centro y visitamos la iglesia de San Nicolás. Al regresar al puerto, paseamos por la calle principal de Katakolón y entramos a alguna de sus tiendas. Sobre la una del medio día ya estábamos de regreso en el barco y aprovechamos para subir a una de sus terrazas para verlo zarpar.

4º día: Atenas
Al planificar los lugares que queríamos ver en un solo día en Atenas se nos presentaba como un reto. Y que al final supimos resolverlo perfectamente. Teníamos claro que queríamos ver la Acrópolis de Atenas. Por ello, fue el primer lugar que visitamos. Pese a llegar temprano no nos libramos del calor y de las aglomeraciones de gente. Accedimos a la parte alta de la Acrópolis por los Propileos, y entre tanta muchedumbre pudimos contemplar el Partenón, el templo de Atenea Niké y la fachada de las Cariátides en el Erecteión.

Luego bajamos de la Acrópolis por la parte norte para perdernos por las céntricas calles de los barrios de Montastiraki o Plaka. Visitamos el Ágora Romana, la Biblioteca de Adriano y el Ágora Antigua. En esta última no nos pudimos perder la Estoa de Átalo -hoy convertido en museo-, la iglesia de los Santos Apóstoles y el Hefestión. Luego hicimos un break para comer y probar una buena musaka.
Proseguimos nuestro día por Atenas visitando la Catedral de la Anunciación de Santa María y la plaza de la Constitución -con sus afamados y característicos soldados de guardia-. Terminamos nuestra ruta en el arco de Adriano y el templo de Zeus Olímpico. Para un solo día y con una peque, creemos que hicimos un buen recorrido por la capital de Grecia.
5º día: Santorini
Amanecíamos con el crucero anclado en el corazón de la caldera de Santorini. El mejor amanecer que podíamos tener en las islas griegas. Con los primeros rayos de sol, el funicular nos llevaba desde el pequeño puerto hasta Fira, en la cresta de la isla.
Aprovechando que era temprano, cogimos un microbús y fuimos a Oria. La población más bella e icónica de las islas Cícladas, y de toda Grecia. Sobre fastuosos acantilados cuelgan sus casas encaladas y pequeñas iglesias de cúpulas azules. Durante varias horas nos perdimos por las estrechas y serpenteantes calles de Oria para ir descubriendo las mejores vistas de toda la caldera. Este soberbio paisaje es el resultado de una explosión volcánica hace más de 3500 años.

Para una visita de un día a Santorini el principal atractivo de toda la isla está en las poblaciones de Oria y Fira. Donde conviven boutiques de moda, restaurantes, galerías de arte, y tiendas de souvenirs y de delicatessen. Terminamos el día en Fira de la mejor de las maneras: contemplando cómo el sol se ponía en el mar Egeo.
6º día: Rodas, la gran sorpresa de este crucero por las Islas Griegas
Sin ninguna duda, fue la gran sorpresa de este crucero por las islas griegas. Llegábamos a puerto a las 8:00 h. de la mañana. La terminal de cruceros está a escasos 100 metros de la entrada a la ciudad vieja de Rodas. Al estar sólo un día en esta joya d centramos nuestra jornada en conocer su centro histórico.
Afamada por ser testimonio del Coloso en la Antigüedad, hoy en día Rodas es una ciudad repleta de los vestigios que han dejado bizantinos, otomanos, italianos,… Al cruzar sus murallas nos adentrábamos en un viaje al pasado más vibrante. Caminamos por la calle de los Caballeros hasta el palacio del Gran Maestre. Un recorrido que hace siglos realizaban los caballeros de la Orden de San Juan.
Proseguimos por lo barrio musulmán para ver la torre del reloj de Roloi- el punto más alto del casco antiguo- y la biblioteca musulmana de Hafiz Ahmet Aga. Finalizamos la visita a Rodas por la zona del puerto. Paseamos por los molinos y el fuerte de San Nicolás hasta llegar donde supuestamente estaba el Coloso de Rodas.

7º día: Mykonos, uno de los lugares más top de las islas griegas
Llegamos temprano a Mykonos, la capital del sibaritismo. Las laberínticas calles de Hora están repletas de boutiques, tiendas de souvenirs, bares y cafés. Al estar temprano podíamos pasear tranquilamente sin agobio alguno. Las callejuelas empedradas parecen no conducir a ningún sitio, pero de repente nos encontrando con los lugares más importantes de Mykonos. Primero vimos los molinos de viento sobre una colina que corona Hora. Fueron construidos por los venecianos en el siglo XVI para moler trigo. Lugo nos detuvimos en uno de los cafés que hay en Little Venice para admirar las casas colgadas sobre el mar mientras tomábamos un frappè. El típico café helado griego. Nos hemos vuelto adictos a ello.
Proseguimos nuestra andadura bordeando Panagia Paraportiani -la iglesia más famosa de Hora- y volvimos engullirnos por las intrincadas callejuelas para hacer nuestras últimas compras en Grecia. Finalizamos nuestro día en Mykonos tomando un aperitivo frente al paseo de Akti Kambani.

8º día: Navegación por las islas griegas
Este día de navegación por las islas griegas apuntaba muy divertido y entretenido. Empezábamos la jornada en el puente de mando. Fuimos invitados por el Capitán a conocer de primera mano esta zona del barco. Pese a que es una zona muy restringida a los pasajeros, se puede visitar bajo invitación. Es el centro de operaciones del barco y desde él se controla todo.
Continuamos nuestra jornada en una fiesta que organizaron para los miembros del Capitan’s Club (programa de fidelización de Celebrity Cruises). Pudimos disfrutar de un show de coctelería acrobática. Y por la tarde no falto la dosis diaria de piscina.
Este día cenamos en The Lawn Club Grill. Un restaurante donde por un módico precio pudimos degustar toda la carne que quisimos a la brasa frente a la zona de césped natural del barco. Fue una velada formidable.
9º día: La Valeta (Malta)
La última parada del crucero por las islas griegas era la Valeta. La capital de Malta es uno de los lugares de Europa que teníamos pendiente de conocer desde hace tiempo. Y este crucero nos ha brindado una oportunidad única. Al ir con la peque y sólo estar un día nos centramos en conocer bien su centro histórico. Fue todo un acierto.
Accedimos a lo alto de la ciudad amurallada por el ascensor que comunica el puerto con el centro, concretamente en los jardines superiores de Barrakka. Lo primero que nos topamos fue con el Albergue de Castilla. Un soberbio edificio del siglo XVI construido para albergar a los caballeros de la Orden de San Juan de la legua de Castilla y León y Portugal. En la actualidad es la Oficina del Primer Ministro de Malta.
Luego nos adentramos por la calle de la República -que atraviesa todo el casco histórico- para acercarnos a la Concatedral de San Juan. Sorprende el contraste de la sobriedad de la fachada con las ornamentaciones recargadas de su interior en estilo barroco. Pese al precio excesivo de la entrada (15 €) vale mucho la pena visitarla.
Seguimos perdiéndonos por esta encantadora ciudad. Ancladas en el tiempo, en sus calles caóticas donde conviven turistas y malteses. Después de tomar un aperitivo en la terraza del restaurante Grain Street visitamos la plaza de San Jorge, el Palacio del Gran Maestre y la Casa Rocca Piccola. Una vez de vuelta en el crucero nos pusimos en una de sus terrazas superiores para ver zarpar el barco desde la bahía de la Valeta.

10º día: Navegación
Disfrutamos del último día de crucero por las islas griegas navegando por el Mediterráneo dirección Barcelona. Fue todo un acierto que el barco finalizará en la ciudad condal.
Aprovechamos el día para divertirnos de todas las propuestas y comodidades que ofrece el crucero. Por la mañana cumplíamos con el ritual de disfrutar de la piscina. Y por la tarde nos relajamos en la zona de césped y en el Sunset bar. Tuvimos la suerte de ver un grupo de delfines cerca de nosotros.
Poníamos el broche de oro a estos 10 días de crucero por las islas griegas cenando en el restaurante Le Petit Chef. Una propuesta culinaria de lo más entretenida. Una animación en 3D crea una experiencia gastronómica con un menú de estrella Michelin.