Amanecíamos nuestro noveno día por Islandia en el lago Mývatn. Uno de los lugares más visitados del país del hielo y fuego. Agresivas erupciones volcánicas de hace miles de años en la cuenca del Mývatn han moldeado este singular pero extraordinario paisaje. La frondosa y verdosa orilla del lago contrasta con los campos de lava, cráteres y zonas geotérmicas.

Los principales atractivos del lago Mývatn se encuentran en su orilla este en la carretera 848. Para optimizar el tiempo decidimos recorrer esta parte del lago de sur a norte.

Höfði
Höfði fue el primer lugar que visitamos. Esta pequeña península situada al sureste del lago es un remanso de paz cargado de frondosa vegetación. Era el primer bosque que veíamos en Islandia.

Al adentrarnos en Höfði ascendimos a una pequeña colina para contemplar una bella estampa del lago y de todo el entorno. Desde este punto se pueden apreciar los enormes cráteres del alrededor.

Luego, proseguimos por los senderos –que se abren camino entre pinos, abedules y flores silvestres- para acercarnos a la orilla y admirar los klasar. Son unas formaciones volcánicas a modo de pilares que emergen del lago. Un testimonio más de la actividad volcánica de la zona durante miles de años.

Dimmuborgir, el campo de lava del lago Mývatn
Dimmuborgir significa Castillos Oscuros. Y es que este enorme y escarpado campo de lava hace florecer la imaginación y nos transporta a un mundo de fantasía repleto de formaciones de toda índole. Es considerado uno de los campos de lava más sorprendentes que ver en toda Islandia.

Varios senderos diferenciados por colores recorren Dimmuborgir. Nosotros nos decantamos por el sendero del Círculo de la Iglesia -marcado en color rojo-. Es un recorrido circular de más de 2 km. Y de todos es la mejor opción para tener una gran perspectiva del lugar. Al caminar entre estas montañas de lava solidificada fuimos testigos de las desproporcionadas dimensiones de coladas de magma que suelen hacer los volcanes en erupción.

Dimmuborgir es el hogar de los 13 Papá Noeles islandeses. Si, si,… has leído bien. Islandia no tiene un Papá Noel, sino 13. Según cuenta la mitología islandesa estos 13 personajes son hijos de la ogra Gryla y residen en esta zona del lago Mývatn. Por eso, estuvimos atentos para ver si los veíamos, pero no tuvimos suerte. También comentar que Dimmuborgir sirvió de set de rodaje para Juego de Tronos. Aquí tuvo el encuentro entre Jon Sn
ow y Mance Rayder más allá del muro.

Volcán Hverfjall
En las cercanías del lago Mývatn predominan numerosos cráteres volcánicos. Mas Hverfjall es el más grande próximo al lago. Asimismo, el acceso a su cima es fácil y nada farragoso. Apto para todos. Ángela embarazada de 3 meses subió sin dificultad alguna. Un sendero de grava conecta el parking con la cumbre a unos 450 metros de altura.

Pese a que hacía un tiempo fantástico, el aire hacía acto de presencia y molestaba un poco. Pero no impedía que disfrutásemos de este cráter que estuvo activo hace 2700 años en una enorme erupción. Una vez arriba disfrutamos de las vistas de este gran cráter de más de un kilómetro de diámetro.

Cueva Grjótagjá
Muy cerca del volcán Hverfjall nos tropezamos con esta cueva de aguas termales. Grjótagja ha pasado desapercibida durante mucho tiempo, hasta que sirvió de escenario para Juego de Tronos. Desde entonces se ha convertido una de las paradas obligatorias en cualquier visita al lago Mývatn. Para los seguidores de la serie, comentar que en Grjótagja aconteció la escena de amor entre Jon Nieve e Ygritte.
Muchas son las cuevas que se pueden visitar en Islandia. Pero esta cueva de agua cristalina tiene un atractivo especial. Además de servir como escenario para la serie, tiene el encanto de ver como los rayos de sol se filtran entre las rocas e iluminan la caliente que borbotea a más de 43 °C. La única pega del lugar es que el baño está prohibido.

Hverir
Hverir es la joya geológica del lago Mývatn. Ese horizonte frondoso de tonos verdosos da paso a una ruda y soberbia belleza. Un paisaje lunar de tonos ocres y grisáceos repleto de humeantes fumarolas, calderas, lodos burbujeantes y brillantes depósitos de minerales. El intenso olor a azufre se hace persistente en todo momento. La atmósfera del lugar nos transporta a un lugar de otro mundo. En Hverir pudimos admirar la naturaleza más primaria y sentir como la tierra respira.

Para evitar cualquier riesgo, el recorrido en Hverir está delimitado por senderos. Incluso hay un camino que llega hasta la cresta de la montaña de Námafjall y sólo se tarda una media hora en ascender.

Hverir no está en la misma orilla del lago Mývatn, sino que se encuentra a escasos metros de la Ring Road de Mývatn a Egilsstaðir. Su acceso parece gratuito, pero realmente no lo es. En el parking hay que pagar por estacionar el vehículo.

Baños termales del lago Mývatn
Después de un divertido y entretenido día llegaba el momento de un poco de relax en los baños termales de Mývatn. Estos baños los teníamos anotados en el planning. Cuando organizábamos el viaje comparamos todos los baños que estaban cerca de nuestro recorrido por Islandia, y éste tiene una muy buena relación calidad – precio.

Estos baños naturales son la mejor alternativa a la Blue Lagoon. Pese a que son más pequeños, tienen unas infraestructuras modernas y son mucho más económicos. La entrada vale ISK 5,900 (unos 40 €) frente a otros que pueden alcanzar los 60-80 €. No suele tener aglomeraciones de gente, pero como en todos los sitios en Islandia se aconseja comprar la entrada con antelación.

Al sumergirnos en sus aguas color azul pastel nuestro cuerpo experimento una catarsis descomunal. Prácticamente salimos como nuevos de los baños. El agua de este complejo termal proviene una planta geotermal cercana y está a una temperatura de 36 a 40 °C. Desde las piscinas se tienen unas vistas privilegiadas sobre todo el lago Mývatn.
