Suena el despertador, medio somnoliento y sin ser consecuente de donde me encuentro, abro la ventana de la habitación. Cojo aire para hinchar mis pulmones de aire fresco, y de repente mi nariz se impregna de un olor peculiar a la par que conocido. Como un buen perfume, este sabroso adrezo tiene un aroma que lo caracteriza. Se trata de aceto balsámico de Módena. Me encuentro en la región de Emilia-Romaña, concretamente entre Módena y Maranello. Lo que es en plena campiña italiana.

Hoy toca pasar una jornada adentrándome en las poblaciones italianas de Módena y Maranello. Afamada por ser sede de míticas marcas de coches -como Ferrari, Maserati o Lamborghini- y por su aceto balsámico sorprende al viajero.

FERRARI (MARANELLO)
Nuestro día empieza en Maranello. El hogar de Ferrari. Un pueblo teñido de rojo (por supuesto que de rojo Ferrari), donde las banderas de il cavalio rampante ondean en lo alto. Para el visitante -a no ser que tengas enchufe para conocer la propia fábrica de Ferrari-, el principal atractivo (por no decir el único) en Maranello es el Museo Ferrari. Un espacio dedicado a conocer la historia de la marca, desde sus inicios hasta la actualidad.

De toda la amplia exhibición de automóviles, destacan aquellos que marcaron una época (el Ferrari 166 Inter Berlinetta, el GT Spider o el Ferrari Testarossa). Pero son los coches de competición Gran Turismo y Fórmula 1 los que atraen toda la atención. Flanqueados por todos los trofeos conseguidos se muestran los monoplazas de F1 que ganaron los campeonatos mundiales con el piloto Michael Schumacher.

AZIENDA AGRICOLA LEONARDI GIOVANNI
Siguiendo con mi road trip por la campiña italiana me paro en este lugar. A mitad camino entre Módena y Maranello. No podía pasar por alto visitar una de sus bodegas del afamado aceto balsámico. Y que han llevado el nombre de Módena a lo largo y extenso de todo el mundo. De las muchas bodegas que hay por la región, me decanto por Azienda Agricola Leonardi Giovanni. Todo un acierto. Una bodega con esencia y alma propia.

La familia Leonardi lleva siglos produciendo este condimento con los procesos de fermentación tradicionales. Y que he tenido el placer de conocer de primera mano con una visita por toda su finca. Terminé de la mejor de las maneras. Con una cata de vinagre. Sin duda, una experiencia gastronómica interesante y enriquecedora. Cuando esmero, dedicación y pasión hay detrás de cada botella de aceto balsámico Leonardi.

CASA MUSEO DE LUCIANO PAVAROTTI
Entre Módena y Maranello me detengo en otro sitio. En una casona un poco apartada de la carretera. Esta casa fue el hogar del célebre cantante lírico Luciano Pavarotti. Hoy en día se ha convertido en museo y está abierta al público.

Durante 11 años Pavarotti encontraba aquí su remanso de paz entre conciertos y giras. Una enorme casona en la que se puede admirar vestimentas, recuerdos, objetos personales y premios coleccionados a lo largo de su intensa carrera.

Me llama la atención su colección de pañuelos blancos con los que solía aparecer en sus actuaciones y que le caracterizaban. Al andar por las distintas dependencias de la casa se puede ir conociendo al Pavarotti que hay detrás del escenario.

MUSEO ENZO FERRARI
Por fin llego a Módena. Pero me detengo a la entrada del municipio; concretamente en el Museo Enzo Ferrari. A este complejo combinado por dos edificios Ferrari atrae a diario a centenares de visitantes.

Al edifico con aire más nostálgico se le conoce como “donde nace la leyenda” y fue el taller mecánico de Alfredo Ferrari; y donde su hijo Enzo empezó a forjar el mito. En él se pueden ver expuestos los primeros motores Ferrari. Lo cual supone una historia dentro de la historia haciendo hincapié en la singularidad de Ferrari.

El otro edificio, de diseño vanguardista y moderno, es un espacio de exhibiciones temporales. La exposición sirve de hilo conductor al espectáculo que se proyecta en toda la sala. Una experiencia multisensorial que fascina al visitante. Los espectáculos van cambiando. Ahora están realizando “Grand Tour”. Un recorrido a través de los coches de las décadas de los años 50 y 60 que idolatraban el estilo de vida de la Dolce Vita.

PIAZZA GRANDE DE MÓDENA
Para terminar el día llego al casco antiguo de Módena. Con la suave brisa al caer el sol, me detengo en una de las terrazas de la Piazza Grande y mientras saboreo un Aperol Spritz acompañado con un poco de parmesano (aderezado con unas gotas de aceto balsámico) contemplo la magnitud de la plaza con el Duomo de Módena y su peculiar torre Ghirlandina.
