Las bailarinas de Edgar Degas, los carteles de Toulouse Lautrec, las tahitianas de Paul Gauguin, los paisajes de Auguste Renoir o el Mediterráneo de Joaquín Sorolla se descubren de manera magistral a orillas del río Sena en el Museo de Orsay en París.

El museo de Orsay en París brinda la oportunidad de contemplar las obras de arte de los grandes maestros de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Esta pinacoteca acapara la mayor colección de arte impresionista del mundo. Cuando uno se adentra en el museo de Orsay siente que el corazón le palpita con fuerza. El museo de Orsay se descubre como un baúl lleno de tesoros.

Un buen plan que hacer en París es adentrarse en el museo del impresionismo por excelencia y disfrutar de su colección. Si se aprecia la oferta de museos e historia del arte en París de manera cronológica, el museo de Orsay estaría entre el museo del Louvre -con los maestros antiguos- y el Centre Pompidou -con una brillante colección de arte moderno-.

UNA ANTIGUA ESTACIÓN DE TREN CONVERTIDA EN LA PINACOTECA MODERNISTA MÁS IMPORTANTE DEL MUNDO
Al contemplar el propio edificio, la sensación de grandeza y distinción es palpable en el ambiente. La pinacoteca está ubicada en la antigua estación de tren de Orsay. Fue construida con motivo de la Exposición Universal de París en el año 1900. Durante décadas ha tenido varios usos, pero tras una esmerada y mimada rehabilitación, en el año 1986 abrió sus puertas como museo. Y que mejor lugar para albergar una pinacoteca impresionista que, un edificio construido en la misma época que aconteció este movimiento artístico.

Donde antes había andenes ahora es una enorme nave central que establece una secuencia expositiva posibilitando un recorrido para acceder a sus espacios ordenados de manera cronológica. El recorrido se presenta al visitante de manera progresiva empezando en las plantas inferiores e ir subiendo.

El museo se divide en tres niveles albergando una excepcional y única colección de arte del siglo XIX y principios del XX. La primera planta ocupa la nave central de la antigua estación de Orsay, y a través del Pasillo Central de las Esculturas se encuentran las salas con obras de los maestros Delacroix, Manet, Courbet, Millet, Vuillard o Bonnard. En la planta del medio se pueden admirar los lienzos de las corrientes artísticas de entre siglo. Entre las que destacan estancias dedicadas al Art Nouveau, el simbolismo o los grandes retratos (1880-1914).

En la última planta acontece lo más sorprendente del museo de Orsay en París. Lo primero que llama la atención es la Sala del Reloj. A través de los minuteros del enorme reloj de la estación de Orsay el visitante puede contemplar unas bellísimas vistas de Paris con la basílica del Sacré Coeur y el barrio de Montmartre de fondo. Una vez se empieza a recorrer esta planta, los grandes maestros -y principal reclamo de esta pinacoteca- hacen acto de presencia. Obras de Edgar Degas, Paul Gauguin, Vincent van Gogh, Toulouse Lautrec, Auguste Renoir o Paul Cézzane cuelgan de las paredes en esta planta de la pinacoteca.

COMER EN EL MUSEO DE ORSAY EN PARIS
Aunque se puede estar mucho tiempo esperando en la cola de entrada, aconsejo ir sobre el mediodía, para así aprovechar comer en su Restaurante. El cual es el antiguo restaurante del hotel de Orsay -que había en tiempos de cuando era una estación de tren-. Está situado en la primera planta del museo y conserva la opulencia de principios del siglo XX. En cuanto a la comida presenta una cocina típica francesa, pero relacionada con la actualidad y la vanguardia.
En la página web del museo de Orsay en París encontraréis toda la información para planificar vuestra visita
