Siempre imaginamos los paisajes de Kenia con grandes llanuras, escasas montañas, zonas áridas con apenas vegetación,… Nada más salir del aeropuerto de Nairobi esa imagen se desmorona. Kenia tiene un hábitat muy rico y variado. Sí que hay regiones áridas y de grandes llanuras, pero también hay zonas montañosas, boscosas y húmedas. El ejemplo más claro es el Parque Nacional de Aberdare. La segunda parada de nuestro viaje a Kenia.
Este parque nacional fue creado en el año 1950 y formaba parte de la antigua ruta de los elefantes. Su paisaje se distingue por altas cimas de hasta 4000 metros de altura, envueltas por denso bosque. La tribu de los kikuyus los llama Nyandarua, que se podría traducir algo así como “piel puesta a secar”.

De Samburu a Aberdare
Al madrugar bastante en Samburu, aprovechamos para realizar un safari de una hora y media en esta reserva antes de emprender el viaje hacia Aberdare. Empezábamos el día de la mejor manera posible. Avistamos nuestra primera leona. Merodeaba cerca de nuestro coche en busca y captura de su desayuno. Pero tras un buen rato parece que no tuvo suerte. En cambio nosotros, todo lo contrario. Fue todo un gusto poder contemplarla de cerca.
Antes de abandonar Samburu y ya dirección a la salida de la reserva, también pudimos disfrutar de la presencia de una manada de elefantes africanos que pasaron muy cerca de nosotros. Sobre las 10 h. de la mañana pusimos rumbo a los Aberdares.

Llegada al Aberdare Country Club
La visita a Aberdare está muy organizada y orquestada por las agencias. Antes de acceder al propio parque, a todas las personas que van a visitarlo ese día y pasar la noche te llevan a un punto de encuentro en sus aledaños. A la gente que se aloja en el hotel The Ark te llevan al Aberdare Country Club. Y desde aquí, después de tomar el almuerzo, te llevan en sus transportes al The Ark, en el interior del parque nacional de Aberdare. Es un trayecto de unos 17 km. y se suele tardar unos 45 minutos. De estos 6 kilómetros discurren por el interior del parque hasta llegar al The Ark.

Nuestra estancia en el The Ark
El hotel dispone de 4 plantas: A, B, C y D, y cada una de ellas tiene un tipo de mirador. La planta B es una enorme terraza y ofrece una amplia perspectiva del entorno y de la charca. Las plantas más importantes son la C y la D. En la planta C hay un enorme ventanal que ofrece unas vistas privilegiadas sobre la charca. Mientras que la planta D, también tiene un buen ventanal, y en un lateral tiene un observatorio sin ventanas desde el que poder contemplar a los animales de cerca y fotografiarlos. Para mí el mejor lugar de todo el The Ark.

Tras instalarnos en el hotel, fuimos a explorar sus zonas comunes, terrazas y miradores. Los montes Aberdares nos bridan la oportunidad de realizar lo que se conoce como un safari pasivo. Desde las terrazas (y las habitaciones) del hotel se puede contemplar como los animales se acercan a la charca aledaña al hotel. Son ellos los que se acercan a nosotros.

La tarde empezaba cargada de niebla. Parecía que, nuestra estancia en Aberdare sí que iba a ser bastante pasiva… pero poco a poco el cielo empezó a abrirse, y con ello empezamos a ver los primeros animales. A la otra parte de la charca había bongos de montaña, antílopes jeroglíficos y cerdos salvajes (potamóqueros de río y los hilóqueros).

Como si hubiesen quedado para tomar algo, empezaron a llegar elefantes de entre distintas partes del bosque y se iban juntando frente al The Ark. En un momento, teníamos frente a nosotros más de 30 ejemplares de elefantes. A ellos, se sumó un grupo de búfalos que iban y venían. Y a mitad tarde hizo acto de presencia una hiena manchada que, tras un breve encontronazo con un elefante desapareció…

Los elefantes africanos de Aberdare presentaban tonalidades marrones. No se trataba de una subespecie de elefantes; sino que, con la trompa se rocían de tierra para protegerse del calor y de los insectos.
De todos los animales que nos habían informado que podíamos ver en el parque nacional de Aberdare, el único que no avistamos fue el rinoceronte negro. Creemos que eso de los rinocerontes en Aberdare suena un poco a trola…

Pasamos toda la tarde, con una buena taza de té contemplando los animales desde sus miradores. Pasaban las horas y no teníamos nada de prisa. Era todo un espectáculo ver las manadas de elefantes con sus crías, el ir y venir de búfalos y algún momento de tensión entre animales.

Por la noche el hotel cuenta con un sistema de alerta que te avisa si hay animales frente a la charca para que te levantes a verlos si te apetece. Este aviso es opcional, y si al final decides que te alerten, te puedes pasar toda la noche en vilo. Nosotros, después de cenar nos acercamos a uno de los miradores para contemplar ya de noche a los elefantes en la charca, y decidimos que no nos avisarán,
The Ark ofrece pensión completa de comida (en el Aberdare Country Club), merienda, cena y desayuno.

The Ark o Treetops
Dentro del Parque Nacional de Aberdares existen dos hoteles que realizan esta experiencia de alojamientos con observatorios: Treetops y The Ark. Pese a que el Treetops es todo un histórico. En él se alojaba entonces princesa Isabel de Inglaterra el día que se enteró que falleció su padre; hecho que le hizo ascender al trono. Pero nosotros nos decantamos por el The Ark. Es un lugar más nuevo (pese a que tiene 60 años), y cuenta con todo tipo de comodidades para observar de cerca a los animales.

¿El Parque Nacional de Aberdare vale la pena?
Sinceramente, a mi parecer el parque nacional de Aberdare no es un imprescindible en un viaje a Kenia. Pero si el viaje dura más de 8 días, sí que es aconsejable incluirlo en el itinerario.
Se rompe un poco con la monotonía de ir varias horas en coche en busca de animales. Aquí te pones relajado, con tu cámara de fotos o con una taza de té; y ves cómo poco a poco se van acercando los animales. Es una experiencia enriquecedora al mismo tiempo que relajante.

Coincidimos con un grupo de personas que su primera parada del viaje a Kenia fue Aberdare y estaban súper contentos. En cambio, nosotros habíamos hecho la primera toma de contacto con los animales en Samburu. Y creo que valió más la pena, ya que, habíamos visto más animales, como cebras, jirafas o leones.
Recapitulando… Aberdare nos gusto pero si se prescinde de él, no pasa nada. En cambio, si se incluye en el itinerario del viaje es un lugar donde disfrutar de los animales de una manera distinta, relajada y agradable. Y no te ensucias de polvo…
