“Hay lugares donde uno se queda, y lugares que se quedan en uno”. Esta frase es la sensación que se tiene al conocer lo mejor de Eslovenia. Situada en el centro de Europa está repleta de bellos paisajes, soberbia naturaleza, pueblos de cuento y gente maravillosa. Al adentrarse en ella, se ve reflejada las diferentes influencias que han tenido durante siglos. Desde la ruta comercial con el norte de Italia, hasta la integración en la antigua Yugoslavia, pasando por el dominio del imperio Austro-húngaro.
La mejor manera de conocer el país es en coche. Durante nuestro road trip de tres días visitamos los 7 lugares más emblemáticos que ver en Eslovenia: el lago Bled con la montaña Triglav de telón de fondo, el pueblo de Radovljica, el castillo de Predjama, la cueva de Postoina, la pintoresca ciudad de Ptuj, la mediterránea Piran y la capital del país, Liubliana.
1/ Lago Bled
Un lago azul cristalino, una pequeña isla en medio de él, un castillo sobre un acantilado,… y todo en un hermoso valle rodeado por picos alpinos. Como sacado de una postal, encontramos la “joya” de Eslovenia. Ha este paisaje idílico que no le falta detalle, es considerado el mayor atractivo turístico del país. Ciertamente, se trata de un lago glaciar de los Alpes Julianos, situado al noroeste del país. La mejor manera de visitar el lago es realizando paseos por su orillas, cruceros por sus aguas o visitando el Castillo de Bled.

Tras el bello paisaje de Bled, esta zona tiene una extensa oferta de actividades de ocio y aventura. Es el lugar ideal para practicar senderismo, ciclismo, submarinismo, rafting,… o simplemente darse un chapuzón (si el tiempo lo permite). Además existe una amplia oferta hotelera y gastronómica alrededor de todo el lago, y especialmente en el pueblo de Bled. Es el lugar idóneo para tener unos días de vacaciones.

En lo alto de un acantilado rocoso de 130 metros de altura sobre el lago Bled, está el Castillo de Bled. Fue construido en la Edad Media, y remodelado y ampliado en varias ocasiones. Por ello, se pueden observar sus diferentes estilos arquitectónicos. Pero su principal atractivo son las vistas privilegiadas desde sus diferentes patios y torres a todo el lago y su exuberante entorno. El acceso al castillo se hace a través de un puente levadizo y una empinada rampa. Hay parking en las inmediaciones del castillo. Podéis encontrar toda la información sobre el castillo de Bled en el siguiente link.

2/ Radovljica, uno de los pueblos que ver en Eslovenia en 3 días
Situado a tan solo unos 7 kilómetros del lago Bled está el pueblo medieval de Radovljica. Conocido por su afamado festival del Chocolate, había que dedicar unas horas a conocer su centro histórico.
La plaza Linhartov es el corazón y alma de Radovljica. La plaza es de planta rectangular y está rodeada de bellos edificios del siglo XVI. Según hemos leído en algunas guías de viaje, es considerada una de los emplazamientos medievales mejor conservados de Eslovenia. Destacan el palacete barroco Thurn Manor, o las casas Koman, Mali o Vidič.

Pero de toda la plaza predonima la esplendorosa mansión Radovljica –antiguo castillo de Diestricstein-. En la actualidad alberga el Museo de la Apicultura y el Museo de la Ciudad. La apicultura es una tradición arraigada en esta región y en toda Eslovenia. Del museo se distingue la colección de paneles ilustrados con los que decoraban las colmenas en los siglos XVIII y XIX; siendo un arte tradicional que sólo se realiza en Eslovenia. Solían representar temática bíblica y costumbrista eslovena.

Al final de la plaza Linhartov está la iglesia de San Pedro. Es de estilo gótico flamígero y las esculturas de su interior son de Angelo Pozzo de principios del siglo XVIII.
Desde los diferentes miradores del pueblo se tienen unas excelentes vistas a sus valles y montañas que la rodean. En un extremo de la plaza Linhartov hay una callejuela junto a la casa nº 28 que lleva a un mirador con vistas al monte Triglav, el pico más alto de toda Eslovenia. Desde este mirador hay un tablón informativo de rutas de senderismo por el valle de Lipnica.

3/ Castillo de Predjama
Este fantástico castillo que no hace retroceder a la Edad Media es uno de los lugares que ver en Eslovenia si o si. Y es que, su estado de conservación es excepcional. Incrustado en una pared rocosa de 123 metros de altura, es considerado el mayor castillo-cueva del mundo. Siendo un emblema del Medievo, es el castillo más visitado y fotografiado de Eslovenia.

Durante siglos, el castillo ha servido de fortaleza contra ataques. Su habitante más interesante fue el valiente hidalgo, Erasmo de Predjama, que durante años fue asediado y rodeado por el enemigo; pero al abastecerse de víveres que conseguía a través de una galería secreta, se hizo invencible durante muchos años, hasta que fue traicionado por los suyos.

Durante el recorrido por el castillo se pueden visitar sus diferentes salas, conociendo así la vida en el castillo. Aunque la recreación de las salas no es de las más logradas, si se puede contemplar una visión única de las técnicas de construcción y el ingenio de toda su edificación.

El castillo está a unos 6 kilómetros de la cueva de Postoina. Se puede adquirir una entrada combinada para el Castillo de Predjama y la cueva de Postojna que ronda los 35 euros (ahorrándonos unos 4 €).

4/ Cueva de Postojna, un espectáculo de la naturaleza que ver en Eslovenia
Con más de 24 kilómetros de galería subterráneas, la Cueva de Postoina es, sin ninguna duda, de lo mejor de Eslovenia. Muestra de ello es que es visitada cada año por miles de personas. Y es que es considerado uno de los principales atractivos turísticos de Eslovenia. La piedra y el agua, con su persistente y tierna fuerza, han creado este admirable tesoro subterráneo. La cueva de Postoina posee una inmensidad de fantásticas formas a través de sus diferentes cavernas.

Accedimos a ellas a través de un tren que recorre más de 3 kilómetros de galerías para luego descubrir las partes más impresionantes de la cueva. Una vez en lo más profundo de ella, se empieza un recorrido a pie acompañado por un guía. La primera caverna que visitamos es la Gran Montaña. Luego cruzamos el puente de los rusos -construido por presos de guerra en 1916- para continuar adentrándonos por túneles, salas y galerías para ver las cuevas Preciosas, la cueva Negra, cueva Pivka o la sala Invierno. Esta última fue nuestra preferida. El recorrido lo terminamos admirando la estalagmita Brillante y la columna Barroca. Ambas convertidas en símbolos de la cueva.

Las cuevas de Postoina están muy cerca del castillo de Predjama, a tan sólo 9 kilómetros. Por lo que, aprovechamos el mismo día para visitar ambos lugares. Aunque la cueva de Postoina es la mayor atracción subterránea de Eslovenia, el agua ha esculpido en el subterráneo esloveno más de 11.000 cuevas. Otras que también se pueden visitar son las cuevas Škocjan, Dimnice, Vilenica o Divača, entre muchas otras. Podéis encontrar más información de las cuevas de Postoina en el siguiente enlace.

5/ Liubliana
El río Liublianica -que atraviesa la ciudad- da nombre a la capital de Eslovenia. La romántica Liubliana tiene uno de los centros históricos más bellos y agradables de Europa. Todos los lugares más importantes e interesantes se pueden recorrer a pie por sus calles peatonales, sin apenas tráfico. Y es que, es una de las capitales más verdes y encantadoras de Europa. Muestra de ello, fue la concesión del título de Capital Verde Europea del 2016.
Su centro está repleto de hermosas calles empedradas, edificios de estilo Art Nouveau, puentes con historia y rincones que seducen al viajero. En nuestro post que ver en Liubliana podéis encontrar todos aquellos lugares que esconde esta pequeña pero sublime ciudad.

6/ Ptuj
Ptuj es otra de las ciudades que ver en Eslovenia. A orillas del río Drava es considerada una de las ciudades más antiguas de Eslovenia y tiene una gran relevancia histórica en el país. Sus peculiares tejados rojizos esconden un centro repleto de casas señoriales, monasterios, iglesias y museos, así como un elegante castillo.

Se deja el coche en uno de los parkings que hay a las afueras de la ciudad. Y se accede a su centro histórico por su puente peatonal, hasta llegar a la calle Prešernova. Es una de las arterias principales de la ciudad, y en ella encontramos edificios históricos como la casa tardogótica (del año 1400), la casa románica (ostenta el título de la casa más antigua de Ptuj), o el castillo pequeño (residencia de los obispos de Salzburgo en el pasado).

En uno de los extremos de la calle Prešernova encontramos la plaza Slovenski. Donde está la Torre de la Ciudad, y edificios importantes como el Ayuntamiento, la casa del Preboste, la iglesia de San Jorge o la casa Ljutomer (actualmente alberga la Oficina de Turismo).

Prosiguiendo por la calle Prešernova, nos metimos por una de las numerosas arcadas que dan a callejones laterales que conducen hasta las inmediaciones del castillo. Una empinada rampa empedrada nos lleva hasta el portal Peruzzi (del año 1570). Al cruzarlo nos encontramos en todo lo que se considera el recinto del Gran Castillo de Ptuj. Entre sus numerosas salas alberga una enorme colección de lienzos, retratos, tapices, armas y mobiliario. Y también acoge el Museo Regional Ptuj-Ormož. Ptuj se puede visitar en un solo día. Está situada al este del país, a una hora y cuarto en choche desde Liubliana.

7/ Piran
Piran es todo un regalo para los sentidos que ver en Eslovenia. Al recorrer este pueblo costero esloveno bañado por el mar Adriático se tiene la sensación de estar en la misma Venecia (aunque sin canales).
Debido a su cercanía en el golfo de Trieste y el efervescente imperio comercial de siglos pasados, a Piran se le puede considerar el mejor puerto medieval conservado fuera de Venecia. La plaza Tartini es un claro ejemplo de ello. Su nombre es en honor al violinista Giuseppe Tartini.

Esta plaza está rodeada de imponentes edificios y palacios. Destaca la casa Benečanka, más conocida como la casa veneciana. A partir de este punto, hay que adentrarse por sus serpenteantes y estrechas calles para recorrer el centro de Piran hasta llegar hasta la punta de la península. Donde está la característica iglesia de San Clemente, prácticamente bordeada de mar. Junto a ella se encuentra el faro de la población, conocido como el faro de la Victoria.

En el centro de Piran se alza una colina, y en lo alto de ella está la catedral de San Jorge, con su torre campanario -que tiene un aire al Campanile dela iglesia de San Marcos de Venecia-. Desde este lugar se tienen las mejores vistas sobre la ciudad y del mar Adriático.

El mejor momento para visitar Piran es a medio día para ir a sus numerosas cafetería y restaurantes que hay en sus paseos frente al mar o en sus numerosas plazas, para sentarse en sus terrazas y disfrutar de un excelente aperitivo o comida.
La gran mayoría de Piran es peatonal, por lo que, hay que dejar el coche en uno de los parkings de las inmediaciones, y luego, ir paseando al centro de la ciudad.
