Al visitar Florencia el viajero se adentra en la ciudad que vio nacer y expandir el Renacimiento. Adentrarse en sus museos, palacios, galerías, iglesias y diferentes zonas públicas es retroceder en el pasado más de 500 años. Concretamente a los siglo XIV, XV y XVI, cuando Florencia ha sido el epicentro del Renacimiento poniendo en valor el mecenazgo, el intelectualismo, la investigación artística y científica, y la apertura de nuevas rutas comerciales.

Genios como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Brunelleschi, Tiziano o Botticelli tienen un sinfín de obras repartidas por toda Florencia. Sus creaciones son famosas, y su maestría y talento constituyen el verdadero tesoro de la Capital Toscana.
Florencia tiene la peculiaridad de que muchos museos y galerías abren bastante temprano, alrededor de las 8 de la mañana, como es la Galería de la Academia. Por lo que, para aprovechar el día al máximo decidimos empezar por ella.

QUE VER EN FLORENCIA EN UN DÍA
1/ Galería de la Academia
El principal atractivo de la Academia es la escultura El David de Miguel Ángel. Tal es el éxito que desde primera hora de mañana ya hay gente haciendo cola a la entrada. Y es que la escultura más famosa del mundo atrae a diario centenares de visitantes.
El David representa al joven héroe bíblico, -que con la ayuda de Dios venció a un enemigo más fuerte que él-. Simbolizando la victoria del intelecto y la inocencia sobre la fuerza bruta. Un detalle curioso es su expresión, la cual va cambiando dependiendo del ángulo del que se mire. El perfil derecho se ve un David varonil y de fuerte expresión, mientras que desde el izquierdo parece más infantil y sereno.

La descompensación de las manos y la cabeza con el cuerpo se debe a que, estaba diseñada para estar en lo alto de un contrafuerte del ábside de la catedral. Desde donde las extremidades y la cabeza se hubieran visto correctamente proporcionadas.
El David tiene la peculiaridad que está tallada en un solo bloque de mármol (aunque de mala calidad). Desde que la escultura se puso por primera vez en la piazza dela Signoria, en 1504, los florentinos la adoptaron como emblema de poder, orgullo y libertad de la ciudad. La que hay en la actualidad es una réplica.
En el pasillo de acceso al David encontramos esculturas inacabadas de Miguel Ángel. Mientras que las salas adyacentes están repletas de esculturas y de pinturas de artistas como Filippino Lippi, Taddeo Gaddi o Sandro Botticelli. La Academia se encuentra en el barrio de San Marco en la vía Ricasoli. Podéis encontrar más información en su página web. Para evitar colas, las entradas se pueden comprar por internet.

2/ Catedral de Santa Maria del Fiore
Caminando desde la Galería de la Academia dirección sur por vía Ricasoli se encuentra de frente la basílica de Santa María del Fiore. Considerada la obra maestra del Renacimiento es el máximo referente arquitectónico de la ciudad. De estilo gótico fue construida por el arquitecto Filippo Brunelleschi durante los siglos XIII y XIV. De todo el conjunto que supone esta catedral, destaca de manera excepcional la cúpula de ladrillos rojos. Con sus más de 114 metros de altura y sus 45 metros de diámetro domina el paisaje urbano de la ciudad.

Es un prodigio de la ingeniería, siendo la primera cúpula octogonal en la historia que se construyó sin el soporte de una armazón de madera, y todavía hoy en día ostenta el récord de ser la cúpula de albañilería más grande del mundo.
Tras el choque visual de la fachada –que está revestida con mármol blanco, rosa y verde- y su cúpula, extraña la escasa decoración del vasto interior. Pero hay hermosos frescos que representan a personajes ilustres de su época, como el de Dante con escenas de su Divina Comedia.

En la Piazza del Duomo, frente a la catedral está el baptisterio de San Juan. Es de planta octogonal y, también, está revestido de mármol blanco. Pero si hay algo que destaca es su entrada, conocida como la Puerta del Paraíso. Realizadas en relieve por Lorenzo Ghiberti es una de las producciones más destacadas del Renacimiento. Las que hay en el baptisterio son una réplica, ya que, las originales se encuentran en el Museo de la Opera del Duomo.

3/ Piazza della Signoria
Esta plaza es considerada el centro neurálgico y social de la ciudad. En torno a ella están los lugares más emblemáticos y visitados de Florencia como son el Palazzo Vecchio, la Loggia dei Lanzi, el Tribunal de las Mercancía o el Palazzo Uguccioni.

Pero si algo hace excepcional y diferente esta plaza son sus estatuas. Se puede decir de manera literal que está rodeada de arte. Frente al Palazzo Vecchio está la copia de la escultura «El David» de Miguel Ángel, donde en el mismo lugar en el pasado estuvo colocada la original. A su lado encontramos el “Hércules y Caco” de Baccio Bandinelli, y la Fontana de Neptuno.

En la Loggia dei Lanzi hay numerosas esculturas, mostrándose como una galería de arte al aire libre. Destacando la escultura en bronce de “Perseo con la cabeza de Medusa” de Benvenuto Celini. Y en el centro de la plaza está la imponente estatua ecuestre de Cosme I de Giambologna.

4/ Palazzo Vecchio, uno de los imprescindibles que ver en Florencia
El Palazzo Vecchio preside de manera imponente la Piazza della Segnoria. Adentrarse en este palazzo de principios del siglo XIV, es recorrer la historia de Florencia. Ha desempeñado diferentes cargos con el paso del tiempo: fue organismo principal de la República florentina en el siglo XV, Palacio Ducal como residencia de Cosme I de Médici, sede del Gobierno cuando Florencia fue sede del Reino de Italia, y más tarde convertido en museo y algunas dependencias dedicadas al Ayuntamiento de la ciudad.

Su exterior tiene un carácter sólido y robusto debido a l acabado de la fachada en estilo almohadillado de piedra fuerte. Pero, sobre todo destaca la Torre de Arnolfo de principios del siglo XIV y los escudos pintados bajo al almenas del edificio; que simbolizan aspectos particulares de la República Florentina.
El Salón del Cinquecento es la estancia principal y más espectacular del Palazzo Vecchio. En un primer momento se encargaron los frescos a Miguel Ángel y a Leonardo da Vinci, pero éstos no llegaron nunca a realizarlas. Al final fue Giorgio Vasari quien hizo las pinturas a mediados del siglo XVI. En estos frescos, Vasari representó las victorias de Florencia sobre Pisa y Siena, así como escenas de la vida de Cosme I.

En una de las estancias del palazzo podemos ver la máscara mortuoria del poeta florentino Alighieri Dante. Tras ver la película Inferno tenía ganas de visitar el Palazzo Vecchio, y en especial, de ver la máscara de Dante. El autor de la Divina Comedia es un reconocido poeta italiano que fue fundamental en la transición del pensamiento medieval al renacentista.

5/ Museo Gucci
Uno de los lugares que tenía ganas de conocer era el museo de la firma de moda Gucci –ubicado en el interior del Palazzo della Mercanzia, en la misma Piazza della Segnoria-. Sus exposiciones son de carácter temporal. Durante nuestra visita pudimos ver Gucci Garden Galleria.

Una muestra que reúne historia, objetos, viajes y anécdotas de la Firma. Por sus diferentes salas se despliega una historia que comienza en 1921 –cuando Guccio Gucci abrió su primera tienda en Florencia- hasta llegar al presente. La exposición también se muestra como un laboratorio de ideas que culminan en las creaciones de los elementos que han contribuido a la mitología de Gucci.

Cada sala está tematizada y cuida hasta el más mínimo detalle para sorprender al visitante. Y es que el museo es fiel a su estilo: siempre vibrante, atrevido y colorido, a la vez que elegante.
Además del museo, en el edificio podemos encontrar el restaurante Gucci Osteria -dirigido por el chef Massimo Battura- y la boutique Gucci. Podéis encontrar más información en su página web.

6/ Loggia del mercato Nuovo (mercado Nuevo)
Entre la Piazza della Signoria y el puente Vecchio está La Loggia del Mercato Nuovo o Loggia del Porcellino. Las loggias son galerías exteriores formadas por arcos sobre columnas, techadas y abiertas. Ésta fue construida en el siglo XVI y albergaba puestos de venta de telas, sedas y objetos de lujo. En la actualidad se venden artículos de cuero y bordados. Eso sí, la mayoría están realizados de manera artesanal.
El principal reclamo del lugar es la fontana del Porcellino. Es una fuente realizada en bronce de un jabalí. Cuenta la leyenda que tocarla trae buena suerte. Pero hay un pequeño ritual: primero hay que tocar la nariz del jabalí, y luego ponerle una moneda en la boca intentando de que ésta haga todo el recorrido del agua.

7/ Ponte Vecchio
El puente Vecchio de Florencia es considerado uno de los puentes más antiguos de Europa. Cruza el río Arno en su parte más estrecha y es todo un símbolo de la ciudad. Sus orígenes parecen remontarse al siglo I de nuestra época, aunque su aspecto actual corresponde al que lucía en el siglo XV. Durante la II Guerra Mundial fue el único puente de la ciudad que no fue destruido. Y se dice que fue por orden del propio Hitler.

Cruzarlo supone un viaje al pasado cuando la ciudad entera era propiedad de los Médicis. Desde su construcción siempre se ha caracterizado por su actividad comercial. En sus inicios los carniceros y pescaderos de la ciudad tenían en él sus puestos de venta. Pero a finales del siglo XVI, con la idea de aumentar el prestigio del lugar, se les expulso y sustituyó por orfebres, joyeros y comerciantes de oro. Estos negocios se han mantenido hasta la actualidad y las casas del puente Vecchio están repletas de joyerías y relojerías de alta gama.

Además de cruzarlo y admirar sus escaparates, aconsejo ver el puente desde varios puntos. Primero sería desde el corredor Vasariano, en el lado este. Y luego, con un agradable paseo, desde el puente de la Santa Trinidad, que está más al oeste. Desde aquí, seguiremos con nuestra visita Florencia visitando el Museo Salvatore Ferragamo.

8/ Salvatorre Ferragamo
A escasos metros del puente de la Santa Trinitad, en la vía de Tornabuoni está el palazzo Spini-Feroni. Es considerado el fortín del imperio que fundó Salvatore Ferragamo. En su planta principal tienen su exclusiva tienda, donde sus colecciones de zapatos y prêt-à-porter son su principal reclamo.

En el sótano del mismo edificio encontramos el Museo Salvatore Ferragamo. Realizan exposiciones temporales dedicadas a la firma Ferragamo y al mundo de la moda. Durante nuestra visita estaban realizando la muestra “Italia en Hollywood”. En la que retrata la influencia de Ferragamo en el cine americano. Actrices como Sofía Loren o Audrey Hepburn fueron seducidas por el artesano italiano.
En la vía de Tornabuoni encontramos las boutiques de las grandes firmas italianas de la moda, como Gucci, Prada, Valentino, Fendi o Loro Piana.

9/ Piazza de Michelangelo
Para despedirnos de Florencia y continuar con nuestro viaje por la Toscana, decidimos hacerlo con sus mejores vistas. Para ello, hay que ir a la Piazza de Michelangelo. Desde este lugar se puede disfrutar de una magnífica panorámica de toda la ciudad. Está situada sobre una colina a la otra parte del río Arno.
La mejor manera que hay para ir es en coche o en autobús urbano (el nº 13 se puede tomar desde la Stazione di Santa Maria Novella y te deja en la misma plaza). Aunque también se puede hacer con un paseo de unos 30 minutos desde Piazza San Niccolò. Nosotros lo hicimos con coche, y desde allí ya marchamos hacia Pisa.
Desde la enorme Piazza de Michelangelo podemos contemplar toda la belleza de Florencia.

10/ Comer en la trattoria Zà Zà
En una de las esquinas de la plaza del Mercado Central encontramos este restaurante trattoria. Ubicado en una antigua posada del siglo XVI abrió sus puertas en 1977. Este acierto gastronómico es una recomendación que nos hizo un lugareño del barrio de San Lorenzo; y rompe con el clásico restaurante italiano abarrotado de turistas. Frecuentado a diario por florentinos es una institución culinaria fiel a los fogones tradicionales. En sus platos se ve plasmada una cocina hecha con gusto y mimo.

En sus inicios contaba con sólo 5 mesas y, con el paso de los años, ha ido ampliándose y cuenta con varios salones. Los cuales están decorados con ambientes diferentes, dando al restaurante un encanto artístico especial. Cada sala se muestra como si fuese un restaurante diferente y están bautizadas con nombres como Zà Zà, John Torta, Ottocento, Il Cantinone, Il Tabaccaio, o su sala de terraza Lesterno con vistas a la plaza del Mercado Central. Pero todas con un entorno acogedor y cálido al más puro estilo toscano mezclado con aires exóticos y bohemios.
En su carta podemos encontrar los típicos antipasti, pizzas, pastas, pescados o carnes a la parrilla. Es el lugar idóneo para probar la exquisitez gastronómica de Florencia: el bistec a la fiorentina. Y ya que estamos en Italia, había que pedir pasta. ¡Creo que lo acertamos! Probamos unos tagliatelle alla crema di tartufo buenísimos.
La carta no está disponible en castellano, pero su atento y amable personal la traducen y hacen las mejores de sus recomendaciones. Suele estar lleno, por lo que, podéis reservar en su página web.
