Jordania es un destino repleto de historia. Un territorio entre oriente y occidente, que durante siglos ha sido un cruce de caminos recibiendo y acogiendo numerosas culturas. Es un destino de exuberante belleza que hace que nos sintamos como un auténtico aventurero. Al más puro estilo Indiana Jones.
¿Por qué visitar Jordania? Es un país fácil de recorrer en una semana y tiene muchos lugares de esos que hay que visitar alguna vez en la vida. Jordania brinda la oportunidad de conocer el exotismo que esconde Oriente Medio de una manera relajada y calmada.
El país tiene numerosos atractivos y yacimientos impresionantes. Las 7 maravillas que el viajero tiene que ver en Jordania son: Petra, Jerash, Madaba y Monte Nebo, los castillos del desierto, el mar Muerto, el desierto de Wadi Rum y el mar Rojo.
7 sitios imprescindibles que ver en Jordania
1/ Petra
¡Petra le gusta a todo el mundo! Es el principal motivo para visitar Jordania. Petra no es sólo una antigua ciudad; sino es un valle repleto de monumentos funerarios esculpidos en la piedra. Fue el principal asentamiento del antiguo Reino de los Nabateos hace más de 2000 años.

Para conocer Petra, primero hay que adentrarse por el desfilado del Siq a lo largo de más de un kilómetro para encontrarse frente al Tesoro. El edificio más espectacular y bello de toda Petra. Indiana Jones inmortalizó su fachada en la Última Cruzada. Desde este punto se va descubriendo poco a poco los monumentos y edificaciones esculpidas en la piedra. Lo ideal es estar todo un día en Petra para visitar todo el yacimiento; incluidas las tumbas reales, el teatro romano y el Monasterio.

Si Petra de día es impresionante, no hay que perdérsela de noche. ¡Toda una experiencia! El yacimiento ofrece la posibilidad de ser visitado al caer la tarde. Solamente iluminada por velas es toda una belleza recorrer el Siq y la zona del Tesoro. Aquí se requiere una entrada diferente a la de la visita de día. Pero ya os adelanto que vale mucho la pena.
2/ Jerash
Está considerada la ciudad romana mejor conservada fuera de Italia -y creo que de todo el mundo-. En su momento fue una de las 10 ciudades más importantes del Imperio Romano. Pero luego ha estado oculta bajo la arena durante siglos, hasta que en 1806 fue redescubierta. En los últimos 70 años se ha llevado una ardua tarea de restauración continuada. Después de Petra, es el segundo sitio más visitado de Jordania.
Jerash es el lugar perfecto para conocer una ciudad de la época romana: pavimentos y calles franqueadas por columnas, templos dedicados a sus dioses en las colinas, imponentes teatros, plazas, baños públicos, un enorme hipódromo con capacidad de 15.000 espectadores, y una urbe completamente amurallada con unas espectaculares puertas de acceso.

El Arco de Adriano da la bienvenida a este enorme yacimiento. Rodeando el hipódromo se accede a la plaza Oval con sus 56 columnas y al Cardo Máximo (avenida de las columnas). Éste es el epicentro de Jerash.
La ciudad cuenta con dos grandes teatros. El teatro sur tiene una capacidad para 3.000 personas, y en la actualidad celebra conciertos con una excelente acústica.
Jerash se encuentra a una hora en coche al norte de Amán. Durante la visita hay muy pocos lugares para cobijarse del sol, por lo que es recomendable llevar gorra y una botella de agua. Este lugar abre a las 7:30 horas de la mañana, por lo que se puede hacer la visita temprano y huir de las horas de más calor.

3/ Madaba y Monte Nebo
Son dos lugares bíblicos de Jordania. En Madaba se encuentra la iglesia griego–ortodoxa de San Jorge. En ella se conserva un mosaico de estilo bizantino que representa el mapa más antiguo de Tierra Santa. En él se observa la ciudad de Petra y Jerusalén.

En las tiendas aledañas a la iglesia de San Jorge se pueden comprar las conocidas muñecas de estilo «barbie», pero con la peculiaridad de que visten los trajes tradicionales y típicos de Oriente Medio. Un suvenir de lo más peculiar y original.

A escasos 10 kilómetros de Madaba está el Monte Nebo. Según la Biblia, en este lugar Moisés vio la Tierra Prometida. Y tal como Dios predijo a Moisés: «Tú verás (Tierra Prometida), pero no la pisarás». Por lo que, también es el lugar donde se supone falleció Moisés. En la actualidad este lugar está custodiado por los Franciscanos. Y tiene unas vistas fantásticas sobre el valle del Jordán. Si el día está claro se puede ver hasta el río Jordán y Jerusalén.

4/ Castillos del desierto
Al este de Jordania encontramos unas fortificaciones construidas por los califas de la dinastía omeya entre mediados de los siglos VII y VIII. Pese a que se les conoce como castillos, realmente lo son no lo son. Las funciones de estas edificaciones han sido varias: casas de ricos mercaderes, posadas de hospedaje y fortificaciones.
Los cuatro castillos más conocidos son Qasr Kharana, Qusayr Amra, Qasr Al-Azraq y Qasr Al-Hallabat; y se pueden visitar todos en un mismo día.

Llama la atención el castillo de Al Azraq -traducido como “la fortaleza azul”- por el estado de conservación y por su nombre. En mi tierra, al norte de Alicante, hubo un caudillo árabe del siglo XIII bajo el nombre de Al-Azraq que capitaneo las Revueltas Árabes en el sur del Reino de Valencia. Además, era conocido como “el de los ojos azules”. ¡Qué casualidad!

5/ Mar Muerto
Como bien indica su nombre, se trata de un mar muerto. Si esperamos ver vegetación y fauna, éste no es el lugar. Su alta concentración de sal y sus 415 metros por debajo del «nivel del mar» hace que no pueda existir vida marina alguna y sea prácticamente imposible nadar en sus aguas. Por lo contrario, se puede vivir una divertida y agradable experiencia flotando en el mar.
Las aguas del mar Muerto son conocidas por ser el tratamiento ideal para combatir afecciones dermatológicas, así como para mejorar el sistema circulatorio. Además, tienen una alta capacidad de hidratación, y efecto exfoliante, limpiador, détox y suavizante de la piel.

A lo largo de toda la costa del mar Muerto hay una serie de complejos de ocio. En ellos hay todo tipo de servicios: restaurantes, piscinas, duchas, spas y, por supuesto, acceso directo al mar. Estos lugares son perfectos para pasar una jornada en el mar Muerto. Pagando una entrada tenemos acceso a todo el recinto. Yo estuve en el Oh Beach Resort y fue todo un acierto.

6/ Desierto Wadi Rum, un lugar sorprendente que ver en Jordania
El desierto de piedra más bello del mundo. El Wadi Rum es el desierto de Lawrence de Arabia, que lo recorrió en numerosas ocasiones durante la Revolución Árabe en la Primera Guerra Mundial, y que lo relató de manera sublime en su libro Los siete Pilares de la Sabiduría.
Sorprende admirar como las extensas llanuras de arenisca se ven sorprendidas por grandiosos macizos de roca. Los colores intensos, el silencio retumbante y la magnitud del lugar son capaces de incendiar el paisaje en cada puesta de sol.

La mejor manera de recorrer el Wadi Rum es en vehículos 4×4. El Wadi Rum es un Parque Nacional jordano y sólo se permite acceder con vehículos conducidos por beduinos. No se puede recorrer por cuenta propia. La entrada oficial al parque está al sur del país, a 60 kilómetros de Aqaba, en la carretera asfaltada que va desde Petra hacia el sur del país. Allí está el centro de interpretación y es donde se pagan las tasas de acceso y se contratan los vehículos 4×4.
Durante la visita al Wadi Rum se puede aprovechar para comer el típico cordero, que los beduinos cocinan bajo tierra en Hillawi Camp. Una buena opción del viaje a Jordania es pasar una noche en este campamento para disfrutar de las estrellas en la inmensidad apacible del Wadi Rum.

7/ Mar Rojo: Aqaba
Aqaba es la única ciudad de Jordania abierta al mar Rojo. Además es un punto interesante, ya que, en una franja corta de kilómetros del golfo de Aqaba lindan 4 países: Egipto, Israel, Jordania y Arabia Saudí.
Como bien se sabe, el mar Rojo alberga uno de los paisajes submarinos más llamativos del planeta. Ya en su propia orilla se puede realizar snorkel para avistar una inmensidad de fauna marina. Y para los más aventureros, los hoteles organizan excursiones de buceo en mar abierto.

Aconsejo alojarse en el Grand Swiss Belresort en Tala Bay, al sur de Aqaba. Un complejo con todo tipo de servicios, y con unas piscinas increíbles con acceso directo al mar. Ofrece numerosas actividades acuáticas. Es el lugar perfecto para relajarse y desconectar después de unos días recorriendo Jordania.
