Por fin llegaba el día de conocer la región italiana de Puglia. Hacía mucho tiempo que estaba en nuestra lista de lugares pendientes que conocer. Para situarnos, Puglia se encuentra en el tapón de la bota de Italia. Y la mejor manera de conocer sus pueblos y ciudades es realizando un road trip.
Está región italiana no está masificada. A pesar del turista italiano que frecuenta Puglia, no hay un exceso de turismo internacional. De momento, puede presumir de un auténtico encanto reservado para unos pocos curiosos viajeros.
Sin más preámbulo os contamos nuestro viaje de 3 días por Puglia…

Poliganano a Mare
Empezamos nuestro viaje de lugares que ver en Puglia en Polignano a Mare. Tras salir del aeropuerto de Bari y recoger el coche de alquiler, recorrimos media hora dirección sur (hacia el tacón de la bota) hasta llegar a nuestra primera parada de este road trip. Entrábamos en Polignano a Mare a ritmo de “Volaré, oh-oh, cantaré, oh-oh-oh-oh…”, y es que este pueblo vio nacer a Domenico Modugno, artífice de tal éxito mundial. Algunos dicen que se inspiró en el pueblo para componerla…
Pero Polignano a Mare va más allá de Domenico. Al adentrarnos en su centro histórico uno siente su esencia mediterránea. Al cruzar el arco Marchesale nos perdimos por las laberínticas calles, que parecían conducir a ningún lugar. Pero de repente empezamos descubrimos la plaza de Bittorio Emanuele II y esos sorprendentes (y escalofriantes) miradores al mar Adriático, como la terraza de Santo Stefano.

Dirección a la escalinata Volare nos detuvimos en el ponte Borbononico para admirar el lugar más característico de Polignano a Mare: la Lama Monachile. Una pequeña cala que se abre paso frente a los acantilados sobre los que se asienta Polignano a Mare. Todo un capricho de la naturaleza.
Parecía que no estábamos en el sur de Italia. Esa catarsis de caos a la que nos tienen acostumbrados algunos pueblos de Italia no se cumple en Polignano a Mare. Todas las casas están de punto en blanco, y las calles limpias e impolutas. Y para ensalzar más aún si cabe el encanto del lugar, decenas de poemas románticos decoran su centro histórico, transformando el pueblo en un libro al aire libre. Esta fantástica iniciativa es obra de Guido Lupori.

Monopoli
La segunda parada de nuestro viaje por el tacón de Italia nos llevaba a Monopoli; situado a 15 minutos en coche al sur Polignano a Mare. Esta población fortificada bañada por el mar Adriático es uno de los much que ver en Puglia.
Por sus calles angostas y largas llegamos al Porto Vecchia. Desde aquí hicimos un agradable paseo por la muralla defensiva frente al mar, bordeando fortificaciones como el bastión di Babula o el castillo de Carlos V, hasta llegar a la cala Porta Vecchia. Una pequeña playa donde tomar el baño. Qué lástima que estábamos en el mes de febrero.

Proseguimos nuestra visita por Monopoli por el centro histórico conociendo la basílica de María Santísima de la Madia, la cripta rupestre o la Piazza Guiseppe Garibaldi. Era mediodía y decidimos comer en Monopoli antes de proseguir con nuestro viaje por Puglia. Nos decidimos por La locanda dei Pescatori donde pudimos degustar los orecchiette –la pasta típica de esta zona de Italia-, así como una cojonuda fritura de pescado en la que no faltaba el pulpo frito de Puglia. Después de comer y tomarnos un buen expresso italiano seguimos con nuestro road trip.

Lecce, la ciudad más importante que ver en Puglia
Continuando con nuestro itinerario por Puglia pusimos rumbo a Lecce. Durante una hora disfrutamos del paisaje de Salento con sus olivos milenarios, viñedos, cactus y los primeros trullis del viaje. Pese a no aparecer en las primeras hojas de las guías de viaje, Lecce tiene ese esplendoroso legado histórico al que nos tienen acostumbrados las grandes urbes italianas. Para hacernos una idea, Lecce es al Barroco, lo que Florencia sería al Renacimiento.

Al adentrarnos en su centro amurallado nos percatamos que Lecce no nos iba a defraudar. Sus calles serpentean entre casas palaciegas y señoriales donde poco a poco íbamos descubriendo plazas, palacios e iglesias. Entre tanta opulencia y derroche, destaca la basílica de la Santa Croce. Una joya del barroco italiano que deja boquiabiertos a todos los viajeros.
Durante toda la tarde nos dejamos querer en Lecce visitando la plaza del Duomo –donde se encuentra la catedral de la Asunción de Santa María-, el castillo de Carlos V, el teatro romano o las iglesias de Santa Irene y Santa Clara.

Cuando caía la noche, y con las primeras lluvias que nos iban a acompañar durante el resto del viaje, fuimos en busca de refugio y de una buena pizza. Pese a que la oferta gastronómica en Lecce es amplia y diversa, nos decidimos por la pizzería 400 gradi. Incluida entre las mejores pizzerías de Italia en 2021. Fue todo un acierto. Y para terminar el día nos tomamos un coctel en Quanto Basta.

Ostuni
Tras desayunar en el caffé Alvino (en el centro de Lecce), retomamos el road trip por Puglia. La lluvia incesante no nos permitía disfrutar de las vistas salentinas y de Ostuni ya en el horizonte. A penas unos cientos de metros antes de entrar al pueblo pudimos apreciar sus blancas casas abrazando todo Ostuni -que le han valido para ganarse el apelativo de “la ciudad blanca”-.

La colonna de Sant’Oronzo da la bienvenida a Ostuni al visitante. Situada en la plaza de la libertad es el punto de partida por la que empezamos a perdernos por las estrechas y serpenteantes calles de Ostuni. A modo de laberinto parecen que todas las callejuelas terminen en la catedral gótica de la Ascensión de Santa María. Y frente a ella está el arco Scoppa. La belleza de Ostuni, como en todos los pueblos que ver en Puglia, se descubre a cada paso que se da en sus calles y plazas.
Para los más instagramers, comentar que, a escasos metros del arco de Scoppa – en la parte alta del pueblo-, se encuentra la famosa puerta donde todos nos hacemos la foto de rigor.

Cisternino
Dirección Locorotondo hicimos una breve parada en Cisternino. La persistente lluvia no nos permitía admirar la belleza de esta localidad, pero paraguas en mano decidimos callejear por su centro histórico. De todos los pueblos que ver en Puglia, Cisternino es el más pequeño y puede estar visto en unos 30 minutos.

Avanzando por sus estrechas calles llegábamos a la Piazza Vittorio Emanuele II. Donde se encuentra la torre del Reloj. Es el edificio más emblemático que ver en Cisternino. Empezó a construirse en el siglo XV para acoger los instrumentos para medir el tiempo. Pero fue en el siglo XIX cuando coge el aspecto actual con la construcción de la torre en estilo neoclásico.

Locorotondo
El mal tiempo nos daba una tregua y podíamos conocer tranquilamente los mejores lugares que ver en Puglia. Accedimos al centro histórico de Locorotondo por la porta Napoli. A partir de este punto, como un laberinto las estrechas calles empedradas se entrelazaban y parecía que nos perdíamos.

Pero poco a poco íbamos descubriendo los lugares más bellos y conocidos de Locorotondo: el palazzo Morelli, las iglesias de San Giorgio y de Santa María de la Greca. Daba en el reloj el mediodía y decidimos comer en Locorotondo en la osteria il Rosone. ¡Todo un acierto! Y es que para ser sinceros en la región de Puglia se come súper bien.

Martina Franca, uno de los pueblos más bellos que ver en Puglia
Nuestra siguiente parada de los lugares que ver en Puglia fue Martina Franca. Esta localidad es una de las más importantes del valle de Itria y destaca por edificios de estilo barroco y rococó. La Puerta de Santo Stefano es el acceso principal al centro histórico de la ciudad.

Al cruzarla nos encontramos con la Piazza Roma y el palazzo Ducale. Construido en el año 1668 sobre las ruinas del castillo de Raimondello Orsini. En la actualidad el palacio alberga el Ayuntamiento y la biblioteca municipal. Lo más destacable de visitar del palacio son los frescos. Parece que estemos en la misma Florencia.

Proseguimos callejeando por Martina Franca hasta la piazza del Plebiscito y la basílica di San Martino. Un ejemplo sublime de la arquitectura barroca del sur de Italia. Continuamos por la plaza de la Inmaculada –con su peculiar forma circular y flanqueada por una bella arcada-. Terminamos nuestro itinerario en la capilla de San Nicolás de los Griegos y la parroquia de Santo Dominico.

Alberobello
En Alberobello poníamos la guinda al pastel a nuestro road trip de los pueblos que ver en Puglia. Sus casas atraen cada año viajeros de todo el mundo. Los tejados de piedra en forma cónica son la imagen más representativa de esta región. Y es que Alberobello justifica cualquier viaje al sur de Italia.

Hay tres zonas en Alberobello donde ver los trullos en todo su esplendor: el rione Monti, el rione Aia Piccola y detrás de la basílica Santi Medici Cosma e Damiano.
Aprovechando que estaba lloviendo a raudales y ya eran las últimas horas de la tarde, fuimos a comprar orecchiettes y strascinatis – la pasta típica de Puglia que a partir de ahora también tendremos en nuestra despensa de casa-. Para cenar fuimos recomendados al ristorante Trullo d’Oro. Fue todo un acierto. Por muchos es considerado el mejor restaurante de Alberobello.

Nos hospedamos en el Palazzo Scotto. Un hotel muy bien situado (a escasos metros de la Piazza Antonio Curri), recién restaurado y con un trato familiar y cercano.
Amanecía nuestro tercer y último día en Puglia. Aprovechando que no llovía, lo dedicamos a conocer profundamente Alberobello. La mejor manera de admirar los trullos es perderse por sus calles. Primero fuimos a la zona del rione Monti. Es la más afamada pero también donde mayor concentración de turistas nos encontramos. En lo alto está la parroquia de San Antonio de Padua. Es la única iglesia que está en un trulli.

Tras cruzar la calle principal Largo Martellotta nos acercamos al rione Aia Piccola. Esta zona también está repleta de trullos y hay menos turistas. Desde aquí está el mirador Villa Belvedere. Desde el que se tiene la mejor estampa de los trullos de Alberobello.
Finalizamos nuestro itinerario de los trullis visitando el trullo Sovrano. Es el trulli más alto con sus 14 metros y es el único que tiene dos plantas. En la actualidad es una casa-museo y se pueden visitar todas sus estancias.
