Después de una semana recorriendo Islandia llegaba el momento de contemplar los lugares más sorprendentes que ver en Reikiavik. Poníamos el broche de oro a este magnífico y sorprendente viaje en la capital de país más septentrional del mundo.

El concurrido centro de Reikiavik alberga sus principales atractivos. Pese a que no es una gran urbe, en sus calles rebosa cultura, historia y muy buena oferta gastronómica (en comparación al resto de Islandia). Asimismo es el mejor lugar para contemplar la arquitectura islandesa. Cómo edificios anacrónicos en el tiempo conviven en completa harmonía.

Baka Baka (8:30 h.)
Empezamos el día desayunando en Baka Baka. Una pintoresca casa de campo enclavada en pleno centro de Reikiavik -Bankastraeti, 2-. No nos pudimos resistir a sus escaparates repletos de bollería y al aroma de café. En su interior cuenta con varios salones muy acogedores donde resguardarse del fresco amanecer de la capital.
Por el día es un horno cafetería con bollería y pan recién horneado, y un excelente café de máquina. Entre sus especialidades pudimos disfrutar de croissants, bollos de cardamomo, kanelbullars o galletas con chips de chocolate.
A las cinco de la tarde Baka Baka se transforma en un restaurante donde preparan pizzas hechas al horno de piedra. Nosotros no tuvimos la suerte de probarlas, pero los comentarios son muy buenos.

Viajero al Sol (9:00 h.)
Empezamos nuestro itinerario de que ver en Reikiavik en la escultura Viajero al Sol. Un monumento con mucho significado para la cultura islandesa y que nos aproxima a conocerla bien. Su diseño nos recuerda a esos barcos vikingos surcando estas aguas hace siglos.
Situado de manera privilegiada frente al Atlántico y con las montañas como telón de fondo es toda una apología al astro rey y a esos sueños que se hacen realidad. Fue construida en los años 80 con motivo del 200 aniversario de la fundación de Reikiavik por el escultor local Jón Gunnar Árnason.

Harpa, el edificio más moderno que ver en Reikiavik (10:00 h.)
Caminando por el paseo Sæbraut llegamos al Harpa. Este edifico de cristal preside el puerto de Reikiavik y sus cristales hacen un juego de luces al reflejarse en el mar. Es el edificio más moderno de la ciudad y en su interior alberga un enorme auditorio y un centro cultural. Pudimos visitar su lobby y asomarnos a la parte trasera, desde la que se tienen unas buenas vistas al Þúfa (una muestra de arte libre y curioso).

Aðalstræti 10 y el centro de Reikiavik (11:00 h.)
De camino al centro de la ciudad nos detuvimos en la colina de Arnarhóll. Está presidida por la escultura de Ingólf Arnarson. De origen noruego es considerado el primer poblador de Islandia allá por el siglo IX. Cuenta la leyenda que arrojó sus pilares de la excelencia por la borda y prometió asentarse donde llegasen, porque es el lugar donde los dioses querían que viviese. Y los pilares arribaron a las orillas donde hoy se asienta la ciudad de Reikiavik.

Detrás de la colina de Arnarhóll se encuentra el Teatro Nacional y la Casa de la Cultura. Comentar que en el pasado este último edifico fue una prisión. Poco a poco nos íbamos adentrando en el centro de Reikiavik.

Por Austurstræti llegamos a Aðalstræti. La calle más antigua de Reikiavik. Y en el número 10 está la primera casa que se construyó en madera en el año 1762. En la actualidad en su interior alberga el museo de la ciudad de Reikiavik.

Desde aquí dimos un paseo por las calles colindantes hasta encontrar la casa Gröndal. Aquí vivió el poeta y pensador Benedikt Gröndal. Hoy en día la casa está administrada por la Unesco.

Proseguimos nuestra ruta hasta llegar al parque Austurvöllur, no antes deteniéndonos en la escultura de Skúli Magnússon. Considerado el “padre de Reikivaik” fue uno de los impulsores de la industria islandesa.

AlÞingi y Dómkirkja (12:00 h.)
En el parque Austurvöllur nos detuvimos para admirar el Parlamento de Islandia (Alþingi) y la catedral (Dómkirkja). Dos edificios que han sido nobles testigos de la historia de Islandia.

El primer parlamento de Islandia estuvo en Þingvellir hasta la ocupación, primero de Noruega, y después de Dinamarca; pero poco a poco Islandia fue recuperando su autonomía. Y en el año 1881 el parlamento se trasladó a este edificio de piedra basáltica.

Junto al parlamento, está Dómkirkja. Pese a que es la catedral más importante de Islandia, es un edifico austero que apenas pasa desapercibido. Pero tuvo una labor clave en el pasado, cuando la religión del país se convirtió al luteranismo. El edificio original data del siglo XVIII y fue ampliado en la década de 1840. Su interior es sencillo y acogedor, donde predomina la madera en tonos claros.

Detrás mismo del parlamento está el Alþingisgarðurinn. Un pequeño jardín secreto cargado de vegetación y, que por unos instantes, parece que estemos en una ciudad del centro de Europa.

Comer en Sægreifinn (13:00 h.)
Una de las mejores opciones gastro de Reikiavik es comer en algunos de los restaurantes ubicados en el puerto viejo. Tras escuchar varias recomendaciones de lugareños, nos decantamos por Sægreifinn. El lugar es pequeño y se suelen hacer colas, pero la espera realmente vale la pena.
Su sopa de langosta es considerada la mejor de toda la capital islandesa. También probamos algunos de sus pintxos de pescado fresco que preparan al momento, así como ballena a la plancha. Al cortarla tenía la textura de un trozo de carne y en boca nos recordó al atún.

Tjörnin (14:00h.)
Dirección al Museo Nacional atravesamos el Alþingisgarðurinn (de detrás del parlamento) llegamos a Tjörnin o “el lago de Reikiavik”. A su alrededor encontramos importantes edificios como la iglesia Libre de Reikiavik, la Galería Nacional de Islandia, el Ráðús (ayuntamiento) o el Museo Nacional.
Pese a que en invierno Tjörnin se convierte en una enorme pista de hielo para los reikiavikenses, sus aguas no se congelan del todo. El lateral donde está el Ráðús es un pequeño refugio para los cisnes, patos, gansos y charranes árticos del lago. Y es que el ayuntamiento tiene un sistema de conductos de calefacción que calienta esta parte del lago y permite que no se congele y puedan vivir todo el año las aves.

Museo Nacional, el museo más importante que ver en Reikiavik (14:30h.)
La oferta de museos en Reikiavik es muy extensa y variada. Los hay de casi toda índole; incluso hay un museo dedicado al punk. De todos ellos nos decantamos por visitar el museo Nacional. Es el más apropiado para conocer la historia de Islandia. Su colección abarca más de 1100 años de historia, desde los primeros colonos vikingos hasta los tiempos modernos.

La primera planta del todo el museo Nacional nos acercan al pasado más sorprendente de Islandia. La época de los vikingos, la teocracia cristiana y la dependencia del reino noruego (siglos IX –XV). De estos periodos destaca la Estatua de bronce de Thor de Eyrarland, considerada la pieza más notoria del museo.

También se puede admirar los ritones esculpidos a mano, las tumbas vikingas, la puerta de la iglesia de Valþjófsstaðdur o la primera biblia escrita en islandés. También existe una muestra etnográfica que recrea las viviendas de los primeros colonos.

Laugavegur y Skólavörðustígur (16:00 h.)
Laugavegur es considerada una de las principales calles de Reikiavik. Está repleta de restaurantes, cafés y tiendas. Aquí se dan cita a diario lugareños y viajeros para comer o hacer sus compras. Para nosotros no tiene un suficiente encanto turístico.
En cambio, cerca de Laugavegur está Skólavörðustígur. Es otra calle importante de la ciudad y para nosotros es la vía preferida de Reikiavik. Conecta el centro de la ciudad con Hallgrínskirka, la iglesia más popular de Islandia. Esta concurrida arteria a menudo es peatonal y en ella están las mejores tiendas para llevarse un recuerdo de Islandia. Al principio de la calle está el Rainbow street art, desde el que se tiene una buena perspectiva de la calle con Hallgrínskirka al fondo.

Hallgrímskirkja (17:00 h.)
Finalizábamos nuestra ruta de sitios que ver en Reikiavik en Hallgrínskirka. Todo un símbolo de Islandia. Es obra del arquitecto Guðjón Samúelsson y está inspirada en la cascada Svartifoss (en Skartafell). La torre de 74 metros representa el chorro de agua y las columnas el basalto volcánico que la flanquea.

Visitamos su interior y tuvimos la suerte que estaban tocando el órgano. Así que aprovechamos para sentarnos un rato y deleitarnos con este sonido tan característico. El órgano de Hallgrímskirkja está muy cotizado por los grandes organistas de todo el mundo y es todo un privilegio poder tocarlo.
Frente a la iglesia está la estatua del vikingo Leifur Eiríksson. Según cuentan las sagas de Islandia fue el primer europeo que llegó a tierras americanas; muchos años antes que Cristóbal Colón. La escultura fue un regalo de los Estados Unidos de América al pueblo islandés en 1930 al conmemorarse 1000 años del primer parlamento del mundo en Þingvellir (Círculo Dorado).

Blue Lagoon (18:00 h.)
Finalizábamos este gran día en Reikiavik disfrutando del pasatiempo preferido de los islandeses: bañarnos en una piscina geotermal. Cogimos los bañadores y fuimos a relajarnos al Blue Lagoon. Situado a unos 40 minutos en coche de Reikiavik es considerado el baño geotermal más popular de Islandia, y también el más caro. Pero queríamos poner el “broche de oro” a nuestro viaje en un lugar así.

Este enorme spa geotermal cuenta con unas instalaciones modernas y de diseño; y se alimenta del agua procedente de una planta geotérmica colindante. Rodeados por un campo de lava negra nos sumergíamos en sus aguas color azul lechoso. El tiempo no acompañaba mucho, pero eso hacía que el contraste fuese mayor, y la sensación de estar sumergidos en agua caliente mientras la lluvia nos daba en la cara era abrumadora. Tras pasar 2 horas en la Blue Lagoon salimos completamente nuevos. Con ganas de volver a hacer otro viaje.

El precio de las entradas oscilan entre 57 € – 89 €, dependiendo de la temporada y de la hora de acceso. En la entrada incluyen una mascarilla de barro de sílice y una bebida a tomar mientras disfrutas del baño. Es necesario reservar con bastante tiempo de antelación, sobre todo en temporada alta. Nosotros fuimos en esa temporada y reservamos con un mes y medio antes. Y así y todo nos costó escoger hora.

Cenar en Messinn (21:00 h.)
Si se quiere comer buen pescado, Messinn es el sitio. Este céntrico restaurante tiene la popularidad de preparar la mejor cocina de mar de la ciudad. Su especialidad son sus salteados de pescado con guarnición que sirven en cazuelas de hierro. Àngela se pidió trucha ártica y yo salmón, y la verdad que ambas estaban cojonudas. Messinn se encuentra en la calle Lækjargata, muy cerca del Harpa.
