Traducido como el “nuevo cisne de piedra”, es uno de los castillos más bellos de Europa y uno de los lugares más fotografiados de Alemania. De piedra caliza blanca, con torreones elegantes y envuelto de exuberante naturaleza, parece sacado de un cuento de fantasía. Visitar el castillo de Neuschwanstein es imprescindible si estamos en la zona de Baviera.

Es un icono de la arquitectura romántica del siglo XIX. Pese a que muchos piensan que fue construido en la época medieval; fue levantado en la segunda mitad del siglo XIX, bajo el capricho del rey Luis II de Baviera. Una de sus pasiones era construir grandes castillos. Además de Neuschwanstein, levantó los fortines de Herrenchiemsee y Linderhof. Las malas lenguas de la época dicen que gastó toda su fortuna familiar haciendo estas edificaciones.

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Vista frontal del Castillo, desde uno de los miradores

Un castillo de cuento

Al visitar el castillo de Neuschwanstein se tiene la sensación de que estamos dentro de un cuento. El castillo emerge sobre el escarpado desfiladero de Pöllat, frente a los lagos Alpsee y Schwan, en los Alpes Bávaros. Es el fruto de los sueños de Luis II, un rey enamorado del arte. Sus excentricidades le sirvieron para ganarse el seudónimo de “rey loco”; pese a que jamás se le detectó alguna demencia. En cambio, sí que dejo un extraordinario legado de castillos y palacios en Baviera.

Como habremos oído hasta la saciedad, Neuschwanstein sirvió de inspiración a Walt Disney para el castillo de la Bella Durmiente.

El castillo de Neuschwanstein domina el paisaje. Vistas desde la pasarela 

El castillo no se comprende como funcional; más bien, como estético al puro capricho de Luis II. No corresponde a una corriente arquitectónica clara, sino que acoge varias corrientes artísticas. Lo que tiene en común casi todas las estancias de Neuschwanstein es que están inspiradas en las óperas de Richard Wagner. Luis II era un seguidor incondicional (lo que ahora es un fan) de Wagner. Incluso, fue el principal mecenas del compositor sajón.

Las mejores vistas del exterior del castillo se tienen desde el Marienbrücke. Se trata de una pasarela colgante que hay sobre el acantilado. Está a escasos metros de donde te deja el bus que sube al castillo. Además, está señalizada. Desde allí se realiza la fotografía más icónica de Neuschawanstein.

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Remate de la escalera de caracol en forma de palmera 

El interior del castillo del rey Loco

Muchos dicen que la belleza de Neuschwanstein es el exterior del castillo envuelto por su bello entorno. ¡Ahí se equivocan! Su interior también es sublime. Está diseñado y decorado con todo tipo de detalles al gusto del propio Luis II.

La visita al interior del castillo de Neuschwanstein no se puede realizar por cuenta propia, sino que se hace en grupos cerrados de unas 20 personas con guía titulado o con audio guía. Más abajo tenéis toda la información.

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Salón del Trono. Imagen cedida por Revista AD

El castillo cuenta con 200 estancias entre aposentos, salas y salones. De su interior destacan las dependencias personales de Luis II, el Salón del Trono y la Sala de los Cantores.

Con colores intensos y dorados, el Salón del Trono es la sala más llamativa de todo el castillo. Repleta de murales y símbolos hace apología a la humanidad. Sus arcadas y ábside son de estilo bizantino. Bajo su cúpula estrellada destaca la enorme lámpara de araña.

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Imagen de San Jorge en el Salón del Trono 

La Sala de lo Cantores es la más grande del castillo con sus casi 300 m2. Está inspirada en el “salón de baile” del castillo de Wartburg. Su decoración hace alegoría al poema épico germano Parzival y a la ópera de Richard Wagner, Lohengrin. Tanto el Salón de Trono como la Sala de los Cantores, son un homenaje a las historias de caballerías del Medievo.

Cuando se termina la visita guiada del castillo, se sigue andando por diferentes zonas como las cocinas de antaño, la tienda o la cafetería. Cerca de ésta última, se encuentra el balcón trasero del castillo. Nos podemos asomar y disfrutar de unas fantásticas vistas sobre todo el valle, el lago Alpsee y Hohenschawangau.

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Una de las estancias del palacio en forma de cueva 

Como llegar desde Múnich y acceder al castillo de Neuschwanstein

El castillo de Neuschwanstein es uno de los lugares que no nos podemos perder si vamos a Múnich. Está a menos de dos horas al sur de la ciudad. La visita puede durar prácticamente un día, pero vale la pena.

Hay empresas que organizan excursiones en bus y transfer a Neuschwanstein en un día. Lo podéis consultar en Civitatis. Pero nosotros lo hicimos por cuenta propia en coche de alquiler; y a comer ya estábamos de regreso en Múnich. La verdad que, con google maps no hay pérdida y está bien indicado.

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Plano para acceder a Neuschwanstein

Hohenschwangau es el pueblo que hay en la falda del castillo de Neuschwanstein. Allí se encuentran las taquillas, restaurantes, cafeterías y parkings. Una vez adquiridas las entradas, se puede acceder al castillo de las siguientes maneras:

  • Caminando: se tardan unos 40 minutos.
  • En coche de caballos: te deja a 10 minutos de la entrada del castillo y cuesta 6 € subir y 3 € bajar.
  • En bus: se coge en el parking nº 4; y cuesta 1,8 € subir y 1 € bajar. Te deja a 15 minutos de la entrada al castillo, y a 5 minutos de la pasarela colgante. Mi consejo es subir en bus y bajar caminando.
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Coche de caballos que sube al castillo 

Donde y como adquirir las entradas para visitar el castillo de Neuschwanstein

Para entrar al castillo se requiere entrada y no se puede visitar por cuenta propia. Hay que ir en grupos cerrados pudiendo ser con guía o con audio guía (por supuesto hay en castellano). Nosotros hicimos esta última opción y estuvo genial.

Las entradas se compran en las taquillas (centro de entradas) que están en Hohenschwangau. Existe la opción de comprar entradas combinadas; que además de Neuschwanstein, se puede visitar el castillo de Hohenschawangau y el Museo de los Reyes Bávaros.

La entrada al castillo cuesta 13 €; y si se adquiere la entrada combinada con el otro castillo y el museo cuesta 26 €.

 

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Este torreón de Neuschwanstein nos recuerda al castillo de la Bella Durmiente 

En el Centro de entradas hay unas pantallas que indican el tiempo de admisión posible. Durante los meses de verano y días festivos suele ir mucha gente y las entradas suelen agotarse rápidamente. Por lo que se aconseja ir a primera hora o de lunes a viernes.

Existe la opción de reservar la compra de entradas a través de su página web. Se hace la reserva indicando el día y la hora. Y una vez en las taquillas se recogen y se pagan. En las taquillas hay dos colas diferenciadas: una para los que compran allí mismo las entradas y otra para los que las tienen reservadas.

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Vistas a Hohenschwangau desde el castillo de Neuschwanstein 

Horarios

El horario para visitar el castillo de Neuschwanstein es:

  • De abril al 15 de octubre de 9:00 h. a 18:00 h.
  • Del 16 de octubre a marzo de 10:00 h. a 16:00 h.

El horario de las taquillas es:

  • De abril al 15 de octubre de 7:30 h. a 17:00 h.
  • Del 16 de octubre a marzo de 8:30 h. a 15:00 h.

Esta abierto todos los días del año, excepto el 1 de enero, el 24, 25 y 31 de diciembre.

Visitar el castillo de Neuschwanstein es adentrarse en un cuento de fantasía

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«A Àngela, por poder disfrutar juntos de este maravilloso viaje»

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