Al visitar las bodegas Portia hallamos uno de los últimos acontecimientos en la Ribera del Duero: ¡Triennia! Un vino que se está convirtiendo en todo un referente de los caldos de esta región vinícola. Se trata de un exquisito tinto de la variedad 100 % tempranillo y que reposa durante 14 meses en barrica de roble francés.
Nosotros lo pudimos descubrir durante la visita a esta bodega. Al recorrerlas pudimos conocer en primera persona el interesante y curioso proceso de creación de sus vinos. Estas bodegas son propiedad del grupo Faustino y en la última década se han convertido en un icono de la Ribera del Duero.

Una creación con la firma de Norman Foster
Nada más avistar las bodegas se sabe que lo que nos espera en bodegas Portia no lo hemos visto antes en otro sitio. Las instalaciones están integradas en el paisaje y se alzan entre viñedos jóvenes. Esta belleza arquitectónica lleva la firma del prestigioso arquitecto Norman Foster. Que ha creado un concepto de bodega abierta y funcional. Su diseño optimiza los procesos de elaboración del vino. El edificio en forma de estrella de tres puntas corresponde a las distintas zonas de elaboración, fermentación y crianza del vino. El propio arquitecto lo define como “el corazón de una flor con tres pétalos”.

La implicación del propio Norman Foster en el diseño de la bodega fue precisa e integra. Hasta el punto de diseñar el botellero donde reposan las botellas. Unos enormes paneles de desmesuradas medidas en las que descansan las mismas que nos evocan a las paredes de una soberbia catedral.

Las bodegas Portia parecen una galería de arte
Bodegas Portia se distingue por ir más allá del turismo enológico. Somos amantes del enoturismo y nos encanta perdernos por las bodegas. Y en Portia se siente una atmósfera sorprendente. Sus diferentes espacios crean una experiencia en sí misma. Donde la simbiosis entre vino, arte y arquitectura es visible. Desde el año 2017, Portia alberga la Colección Ars Fundum. 70 obras de 48 artistas son expuestas por todos los rincones de la bodega. Esta iniciativa tiene el compromiso de promocionar y apoyar el arte contemporáneo.

Entre las experiencias de la bodega, está la visita a la misma. Al sumergirse en bodegas Portia se puede conocer de primera mano el proceso de elaboración del vino y seguir el recorrido de las uvas hasta su transformación en una botella de vino. Finalizando la visita de la mejor de las maneras… con una cata de sus mejores vinos de la presente añada.
Como hacen muchas bodegas, con la entrada incluyen la visita a sus instalaciones y la cata de algunos de sus vinos. Nosotros tuvimos la oportunidad de degustar el Portia Prima, el Portia Roble y el Portia Triennia.

Al visitar las bodegas Portia terminamos el recorrido en uno de sus espacios más célebres: el Triennia Gastrobar. Un sitio que fusiona arquitectura, enología y gastronomía creando una magnífica experiencia. Una cocina que fusiona vanguardia y tradición, donde se puede degustar la típica y mediática morcilla de Burgos; así como de un tierno y rico lechal. Destacar la exquisitez de su tarta de manzana rota.

Lo que aprende uno al visitar las bodegas Portia…
¿De dónde viene el nombre de Portia? Se trata de un juego de palabras. Esta bodega es la séptima bodega del grupo Faustino, y su nombre viene de la séptima luna (Porcia) del séptimo planeta de nuestro sistema solar, Urano.
Como no podía ser de otra manera, no nos podemos ir de la bodega sin pasar por su tienda y salir con una botella de Triennia bajo el brazo.
Podéis encontrar más información en la página web de Portia
Comentarios:
Un comentario en “Portia, una bodega con alma”
Una excelente descripción de Portia! Me ha hecho recordar mi visita a ellas hace unos años. Pienso volver a visitarlas algún día.